México suele ser uno de los destinos preferidos de los turistas. No solo por su gran cultura y porque posee una gastronomía estupenda, sino también por su fabulosa fauna. Y no es para menos, porque existe la posibilidad de conocer el halcón mexicano.
Muy extendido por América
También se le conoce con el nombre de halcón pálido, pero dado que fue bautizado con el nombre de falco mexicanus, es más comúnmente denominado halcón mexicano. Endémico de América del norte, se extiende desde Canadá hasta México, pero en este país es mucho más común.
Anida en el sur de Canadá, USA y el norte de México, invernando en las zonas del centro de México. Se le considera un ave muy común, pero últimamente se ha detectado que hay menos ejemplares.
¿Tan fácil es de ver?
Lo cierto es que algunos podrían confundirlo un poco con el halcón peregrino, con el que tiene algunas similitudes. Pero en tamaño, es un poco más grande, ya que este mide entre 38-45 cm, siendo la hembra un poco más grande que los machos. Su peso suele rondar por los 750 gramos.
El plumaje de su cuerpo es más claro que el peregrino, con un tono parecido al de la arena, con un tono gris-marrón y pálido (motivo por el que algunos prefieren llamado halcón pálido), con moteado de colores un poco más oscuros abajo. La parte más oscura de su cuerpo son las plumas primarias de sus alas. En la grupa y la cola es algo más claro. Su cabeza tiene una marca que parece que dibuje un bigote, con una línea blanca sobre el ojo.
Una de sus marcas más notorias es que las plumas axilares y coberteras son de color negro, salvo a lo largo del borde del ala. Gracias a esto, crea un efecto “puntal” del cuerpo a lo largo de cada ala. Cuando son jóvenes, estos tienen rayas oscuras en el pecho, y el vientre es de un tono más oscuro.
El estilo de vuelo, además, parece ser otra seña de identificación de esta ave. Sin embargo, es algo que tan solo pueden usar los expertos para diferenciarlo del halcón peregrino.
¿Algún dato más de interés?
Se sabe que se reproduce desde el sur de Saskatchewan y Alberta, y el centro-sur de la Columbia Británica hasta el sur, a través del oeste de los Estados Unidos, entre el borde oriental de la Zona Mountain Time y las montañas Cascadae. También se le puede ver en California, en el Valle Central, y en Baja California, Durango y en San Luis Potosi de México.
No es tan migratoria como otros halcones, pero durante los meses de invierno se retira a las partes más septentrionales, y que tienen mayor elevación de su área de reproducción. En América del norte se estima que hay alrededor de 5000 ejemplares.
Una vez llegado el momento de la reproducción, la hembra puede poner hasta cuatro huevos de media, de un tono rosado con puntos de color marrón rojizo y violáceo marrón. El periodo de incubación, realizando mayormente por la hembra, es de 31 días. Al nacer los polluelos, estos quedan bajo el cuidado de la hembra durante sus primeros 14 días de vida. Pasado ese tiempo, tanto la madre como el padre salen a cazar y se van alternando el cuidado de los pequeños. Los jóvenes abandonan el nido una vez que hay cumplido el mes y medio de vida. Sin embargo, esta estancia puede prolongarse un poco más, ayudando a traer alimento en el nido y aprendido a cazar en el territorio.
Su alimentación no difiere mucho de la de otros halcones. Pequeños mamíferos forman parte de su dieta, especialmente en los meses de verano, junto con otras aves que hayan capturado al vuelo. Atrapa a sus presas volando a gran velocidad, como el esmerejón. Su velocidad de vuelo se estima que es de 72 km/h y que puede acelerar un poco más cuando se encuentra a la carrera.
A pesar de que no sea un ave tan rápida, si que es muy buena cazadora. Debido a ello es muy utilizada en la cetrería. No obstante, es difícil de entrenar y resulta bastante impredecible, ya que es bastante agresiva. En algunas ocasiones se hibrida con otras especies, como el gerifalte o el peregrino.