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Aves Exóticas

Guacamayos

Guacamayos

¿Buscando un buen animal de compañía? Si estás pensando en un ave, quizás deberías plantearte la posibilidad de coger un guacamayo, uno de los más queridos y apreciados por los amantes de las aves.

Tipos de guacamayos

¿Qué es un guacamayo?

El guacamayo es un género de ave de la familia de los loros, siendo esta variante de origen americano, especialmente en las selvas de México y el noreste de Argentina.

Dentro del orden de los Psittaciformes, es la especie más grande, ya que puede llegar a medir 90 centímetros, aunque lo normal que es que midan unos 75 centímetros. Puede pesar hasta 1.5 kilógramos.

Son aves trepadoras que les gusta hacer acrobacias, por lo que suelen moverse por el espacio que tienen en su jaula o por la casa. No son tan buenas imitadoras como el loro común, pero se les puede enseñar a repetir la voz humana.

Su plumaje es muy colorido y brillante, y este encaja a la perfección con las selvas tropicales de América Central y del Sur, especialmente por el color verde, uno de los más característicos. Su pico es grande y robusto, pudiendo romper con facilidad las cáscaras de los frutos secos. Al contrario que otros animales, el guacamayo tiene un hueso en su lengua, la cuál es seca y escamosa, lo que la convierte en una herramienta muy buena para golpear.

¿Cómo suele ser el carácter de los guacamayos?

Frente a otras variantes de loros, el guacamayo es un animal dócil y con un instinto gregario muy fuerte. Si están acostumbradas a vivir con humanos desde una edad temprana, no es muy difícil conseguir lazos con ellas. No les gusta estar solas en la jaula, aunque tampoco son muy buenas para compartir jaula con aves de menor tamaño .

Es muy activo y bastante ruidoso, al que le gusta mucho jugar, además de ser una mascota bastante exigente cuando se trata de recibir cariño. A la hora de entrenarlas no suele ser complicado, ya que son animales que pueden coger rápidamente cariño con los seres humanos y no les desagrada aprender algunos trucos.

Hay que tener en cuenta que según el tipo de guacamayo este puede tener un carácter u otro.. Por ejemplo, los guacamayos azules y amarillos tienen un carácter afable y son bastante cariñosos y juguetones frente a los guacamayos de alas verdes, que son muy amistosos pero de un carácter mucho más tranquilo.

¿Cuánto tiempo puede vivir un guacamayo?

Tomar la decisión de acoger un guacamayo en casa es optar por un animal con una vida bastante longevas. La esperanza media de vida de los guacamayos puede llegar a los 80 años, habiendo algunos ejemplares que incluso han llegado a los 100 años.

Aunque puedan vivir mucho tiempo, ello no quiere decir que no haya que cuidarlas ni vigilarlas, ya que algunos guacamayos no llegan a los 20 años de vida por descuidos humanos o porque se escapan y no se acostumbran a la vida salvaje. Tener este animal tiene las mismas obligaciones que un perro o un gato.

¿Se puede distinguir la hembra del macho?

En realidad, la mayoría de los guacamayos son monomórficas, lo que significa que ambos sexos tienen la misma apariencia externa. Tienen diferencias muy ligeras que solo los más expertos son capaces de distinguir entre un macho o una hembra.

¿Qué sucede si quieres criar esta especie? En ese caso hay que acudir a un especialista para realizar un análisis cromosómico o de ADN para poder estar seguro de quien es el macho y quien la hembra en la bandada que tengas en casa.

Entablar una relación con un guacamayo, ¿es difícil?

Aunque son animales muy amigables y cariñosos, eso no significa que nada más llegar a casa vaya a entablar una amistad con su dueño. Como la relación con todos los animales, hay que trabajarse la confianza del animal.

Lo primero de todo es que tiene que ser una cría o un ejemplar joven, ya que en los ejemplares adultos resulta más complicado ganarse su confianza, especialmente si ha vivido toda la vida en libertad. No hay que agobiar al animal ni obligarlo a entablar una relación salvo que él lo quiera.

Así pues, ¿qué es lo que hacer? Lo primero de todo es que no se altere con tu presencia, para ello la jaula debe estar situada en un lugar dónde se haga vida diaria de toda la familia, para que el animal se vaya acostumbrando a la presencia. Puede que al principio proteste, pero poco a poco se irá calmando. Te puedes ir acercando a la jaula un poco, para comenzar a entrar en contacto, pero si comienza a alterarse lo mejor es alejarse hasta que esté tranquilo. De este modo marcarás el límite de distancia con el que tendrás que comenzar.

Poco a poco, cada día ve acercándote a la jaula, hasta que finalmente deje estar cerca de esta. Entonces es el momento de comenzar a “comprarle” con unas chucherías, como mijo en rama, también conocido como panizo, u otro alimento que le guste mucho. Es posible que lo rechace, por lo que tendrás dejarlo tranquilo con la chuchería en su jaula. Repite el proceso cada día hasta que finalmente lo quiera comer cuando tú se lo des. Poco a poco irá acercándose sin tapujos a tomarla.

¿Lo has conseguido? Porque si es así, es el momento de meter la mano para intentar darle de comer de la mano. De nuevo el proceso tiene que ser lento y calmado, para que no se agobie. Seguramente no lo consigas a la primera, así que tendrás que repetirlo a diario hasta que al final lo quiera hacer.

Sacarlo de su jaula

Es recomendable que al guacamayo no se le deje salir de la jaula hasta que no se haya establecido un contacto con él. Seguramente, una vez que ya coma de tu mano, no sería extraño que le gustase posarse sobre tu brazo.

Pero al sacarlo de la jaula, debes saber que es muy posible que no te haga caso. Se pondrá a explorar todo lo que hay a su alrededor para conocer el entorno que le rodea y acostumbrarse a él. Hay que dejarlo a su aire para que investigue toda la estancia y luego se cansará y querrá volver a su jaula.  Sino quiere volver a su jaula, no lo cojas ni lo agarres. Acércate a él con una chuchería para que se ponga en el brazo, entonces dásela y vuelve a meterlo en la jaula.

Comprar una jaula, ¿cómo tiene que ser?

Para hacerte más o menos una idea sobre como debe de ser grande la jaula de un guacamayo, esta tiene que ser dos veces más grande que el tamaño de sus alas, de una a otra, extendidas. No debe ser redonda, ya que esto genera varios trastornos en las aves por mucho que parezcan muy bonitas en las tiendas.

La puerta de esta debe ser amplia, lo que permita sacar al guacamayo de la jaula sin problemas o meter el brazo si quieres que este se pose en tu brazo. Los barrotes deben ser verticales con poca distancia entre cada barrote, para que el guacamayo no pueda meter la cabeza entre los barrotes y así no se ahogue.

Los comederos es mejor que sean de acero inoxidable, para que no se estropeen con facilidad. Es mejor que estén situados por la parte de fuera, porque si es por dentro, cuando son muy jóvenes podrían escaparse por la puerta del comedero o del bebedero.

Son animales muy limpios, por lo que vas a tener que retirar las heces a menudo. De modo que la bandeja debe ser fácil de extraer por la parte baja de la rejilla del suelo. También es bueno que sea de acero inoxidable o de un material que no se vaya a estropear fácilmente cuando la estés limpiando.

Encontrada la jaula ideal, llega el momento de decidir que es lo que tiene que haber dentro de la misma. Lo primero de todo son las perchas, sobre las que estarán posados el mayor parte del tiempo. Es recomendable que estas sean de rama de árbol porque así pueden lijarse las uñas en ellas y no se hacen daño en las patas, como sucede con las de plástico. Por supuesto también necesita algunos juguetes, como aros, unas escaleras o juguetes de goma, lo que le ayudará a hacer ejercicio.

No obstante, en ningún caso hay que comprarle un espejo o que siempre tenga los mismos juguetes dentro de la jaula. Se puede aprovechar el momento de limpieza de jaula para ponerle algún juguete nuevo y que así tenga una nueva forma de hacer ejercicio.

Una jaula tan grande, ¿dónde hay que ubicarla?

Frente a la jaula de un periquito la de un guacamayo es de mayor tamaño, pero ello no quita que no requiera de estar situada en un lugar adecuado.

Por ejemplo, debe estar situada en la habitación en la que más se haga vida de la casa, como por ejemplo el salón, lo que ayuda a que el animal no se sienta solo todo el día y también ayuda a tenerlo controlado. No debe haber corrientes de aire en el lugar que se la sitúe, por lo que hay que evitar que este muy cerca de ventanas, y al menos dos lados de la jaula estén pegados a la pared, para que así sepa por que lado nos acercaremos a él.

La jaula no debe estar ni en una altura muy baja ni muy alta. Lo mejor es que esté a la altura de los ojos del dueño, porque si está muy baja se sienten intimidados, mientras que si está muy alta, se sienten demasiado poderosos y resulta del todo imposible establecer una relación con ellos.

¿Cerca del televisor? No tienen tantos problemas como otros animales si la jaula está ubicada de cara a un televisor, ya que les ayuda a aprender palabras, pero que no puedan verla directamente, porque los destellos de la pantalla pueden dejarlo ciego o provocarle ataques epilépticos.

La jaula está sucia, ¿cómo hay que limpiarla?

Sí, los guacamayos son unos animales bastante limpios y al menos un par de veces al mes les gusta que su dueño les deje la jaula reluciente. Pero, ¿cómo se limpia la jaula de un guacamayo?

Lo primero de todo es dejar salir a nuestra ave. En el caso de que esta todavía no esté acostumbrada a moverse por la habitación o estar en contacto con nosotros, hay que trasladarla a otra jaula, juntando las puertas para que pase por su cuenta o tentarle con alguna chuchería. Si está acostumbrado a salir de la jaula, solo tienes que dejarle volar por la casa o hacer lo que quiera mientas se la limpias.

Para limpiar la jaula lo mejor es lejía diluida en agua, aplicado con un paño de cocina para evitar que se queden pelusas en la rejilla. Después hay que desinfectar y limpiar con una escobilla todos los rincones de la jaula. Tras unos 15 minutos, enjuaga con bastante agua hasta haber eliminado el rastro de lejía y seca con papel secante de cocina.

Es posible que durante el proceso de limpieza el ave se te escape de la jaula y quiera estar dando vueltas por la casa. Recuerda, no hay que gritarles ni tampoco obligarlos a volver a su jaula a la fuerza. Intenta tentarlo con chucherías y cierra la puerta para que no pueda ir a otra habitación. Cuando tenga hambre, regresará a su jaula.

Criarlo fuera de la jaula, ¿es recomendable?

Hay muchos dueños que consideran que es una crueldad tener al guacamayo encerrado en una jaula y desde que son pequeños los tienen campando a sus anchas por la casa. Pero, ¿esto es realmente bueno para el guacamayo?

Bien, los guacamayos son animales muy inteligentes y al contrario que los periquitos, no es que se acostumbren mucho a volar por la casa. Lo único que necesitan en verdad es un lugar sobre el que posarse para cuando duermen, como una percha, a la que se le puede poner papel de periódico en el suelo para que caigan sus heces.

No tiene nada de malo criarlo así, pero hay que pensar que en este caso hay que estar siempre pendiente de que todas las ventanas estén cerradas para que no eche a volar. A la hora de entablar una relación con él también es más fácil, pero ello no significa que no se tenga que trabajar para que surja una amistad.

¿Qué le puedes dar de comer a un guacamayo?

Algunas especies de aves se puede decir que comen de todo y aunque lo mejor es darles pienso, hay otros tipos de alimentos que se les puede dar para conseguir una dieta completa y que les resulte muy beneficiosa para su organismo.

Empecemos por lo que se conoce como alimentos secos. Este debe ser un 10% de su peso corporal al día, que sea un pequeño surtido mezclado de un pienso de alta energía, dde semillas específicas para guacamayos un poco de frutos secos como los anacardos, las nueces o las avellanas y unas leguminosas germinadas.

Aparte, también deben consumir lo que se conoce como comida húmeda, la cuál debe ser un 10 – 12% del peso del guacamayo, como por ejemplo una macedonia de fruta. Cuando se le dé, tiene que estar compuesto por 5 ingredientes diferentes que tengan un gran aporte calórico, como el plátano, la uva o el coco. También se les puede dar algunas verduras como la lechuga, las acelgas o las espinacas, siempre y cuando estén bien picadas.

¿Se les puede dar algunos otros alimentos? Pues sí, aunque no formen parte de su dieta se le puede dar de vez en cuando un poco de pan, arroz o pasta, incluso un poquito de huevo hervido. Pero no hay que acostumbrarlo, por lo que deben convertirse en una especie de premio o de recompensa una vez por semana.

Quiero que mi guacamayo aprenda a decir palabras, ¿cómo lo hago?

¿Te ha resultado fácil conseguir que el guacamayo estreche lazos contigo? Porque si es así, deberías saber que el conseguir que hable va a ser mucho más duro. Algunos guacamayos aprenden palabras por su cuenta al oírlas mucho tiempo en entorno en el que se encuentra su jaula, pero el que aprenda las que su dueño quiera, requiere de mucho tiempo.

Lo primero de todo es establecer un horario de práctica, el cuál nunca debe exceder los 15 minutos, porque el guacamayo se aburrirá de tanto oírte repetir la misma palabra. Las sesiones deben ser en solitario, entre el dueño y el guacamayo, teniendo apagado cualquier tipo de aparato electrónico que pueda molestar en el entrenamiento.

El ave debe ser un ejemplar joven, a partir de los 4 meses es cuando comienzan a imitar sonidos. Pero hay que tener en cuenta que hay ejemplares que aprenden antes que otros. Algunos nunca llegan a poder pronunciar ninguna palabra.

Las palabras que se intenta enseñar tiene que ser sencilla y repetirla varias veces durante los 15 minutos que dura la sesión. No saldrá a la primera ni a la segunda, pero es posible que en menos de una semana consiga pronunciarla. Si es el caso, dale una golosina. Si la vuelve a pronunciar otra, pero no a la tercera o se acostumbrará a que le tengas que dar algo de comer cada vez que diga esa palabra.

Es un ejercicio de esfuerzo constante con el que no hay que rendirse. Al principio se le pueden enseñar palabras como “Hola” o que aprenda a decir el nombre de su dueño o de alguien de la casa cuando lo vea. En el caso de que el animal demuestre tener una gran potencial para poder emitir sonidos, en ese caso se le pueden enseñar a pedir comida, como “Quiero manzana”.

En el caso de que no puedas dedicarle los 15 minutos a tu loro, existen otros trucos para enseñarle a hablar. El más típico era usar una cinta de cassete para que aprenda a decir una palabra (que dure los 15 minutos de la sesión), pero hoy en día se recurren a las grabaciones por móvil u ordenador.

Creo que está enfermo, ¿qué puede ser?

Aunque los guacamayos son un ave que puede vivir tanto tiempo como un ser humano, no están exentos de estar enfermos. Un buen dueño sabe que su loro está enfermo por su estado de ánimo, ya que es si es muy vivaz y un día está apagado es porque no se encuentra muy bien, o si de pronto está muy nervioso cuando siempre ha sido tranquilo, es porque algo lo está alterando mucho, como los parásitos.

Así pues, ¿qué tipos de enfermedades pueden tener los guacamayos?

  • Enfermedad de Pacheco: Una enfermedad altamente infecciosa y mortal para este tipo de aves. Es causada por una diseminación del Herpesvirus y afecta a las aves de la familia de los loros. Es posible que una vez infectado el loro no presente síntomas, pero el animal muere a los pocos días de contraer la enfermedad que daña sus órganos. En caso de detectar a un animal con esta infección, hay que apartarlo del resto.
  • Salmonelosis: Diarrea, pierde peso, artritis… suele ser una enfermedad que se transmite por contacto directo entre dos ejemplares o por las heces de estos. Se puede curar usando antibióticos mezclados con el agua y limpiando bien la jaula.
  • PBFD: Se la conoce como la enfermedad de pico y plumas, una enfermedad vírica que afecta a todos las de la familia de los loros. Es un virus que ataca a las células de crecimiento de las plumas, el pico y las garras, causando malformaciones en estas. El ave deja de comer y puede padecer de diarrea.
  • Papilomatosis: Una infección viral provocada por el crecimiento de papilomas en el tracto digestivo del guacamayo. El animal jadeará en el caso que se encuentre en la boca, pero si es en la cloaca, entonces sus disposiciones contendrán sangre y tendrán un olor anormal. El animal también puede tener gases.
  • Viruela: Aunque no es tan grave como las anteriores, también puede ser mortal, ya que se transmite a través de unos bichos chupadores de sangre que se adhieren al ave y la comienzan a atacar. Se puede transmitir de un pájaro a otro. Los que se ven afectados están decaídos, tienen fiebre, pústulas en las patas y comisuras en su pico y en el párpado.
  • Psitacosis: Aunque es una enfermedad que padecen los animales, es contagiosa para seres humanos, la cuál se transmite por la inhalación del polvo del material fecal de las aves o por haber manipulado las aves en los mataderos. La ave afectada es posible que pierda el apetito, tenga una apariencia desgreñada, secreción ocular y diarrea. Para curar al ave hay que darle antibióticos o podría morir.
  • Malnutrición: Una mala nutrición del guacamayo no solo tiene porque acabar en que esta tenga obesidad. También puede tener el plumaje en mal estado, sufrir problemas respiratorios, mostrarse muy delgada sino come los suficientes nutrientes o que esta sea de mala calidad.
  • Arranque de plumas: Es posible que de pronto percibas que tu guacamayo se está arrancando las plumas o hay alguna parte del cuerpo que esta carente de esta. Los motivos pueden ser parásitos externos, alteraciones de piel, frustración sexual sino puede aparearse o irritación de la piel por factores ambientales como el humor. También es posible que se las arranque si se siente aburrido o tiene celos. Para solucionarlo se le pueden suministrar tranquilizantes, un spray que le dé mal sabor a sus plumas o un collarín.
  • Fractura: El loro puede hacerse daño y romperse un ala o una pata. En estos casos lo mejor es ir al veterinario para que se haga cargo. Es normal en las aves que salen a explorar la habitación por primera vez, por lo que hay que vigilarla.
  • Hemorragia: Si ha empezado a arrancarse plumas no sería extraño que pudiera hacerse un corte que acabase en hemorragia. En estos casos hay que presionar sobre la herida con los dedos, para taponarlo, con una gasa y desinfectarla cuando haya dejado de sangrar con clorhexidina o yodo.
  • Quemaduras: No es normal que un guacamayo se queme, pero si está muy cerca del sol o suele pasear por la cocina tampoco podría ser extraño. En estos casos hay que lavar la zona afectada con agua fría y luego usar alguna pomada.
  • Inhalación de humor: Es importante que el guacamayo esté apartado de toda fuente de humo, y esto significa también estar lejos del humo del tabaco. En el caso de que se vaya a fumar, hay que hacerlo lejos de la habitación en la que se encuentre el ave.
  • Golpe de calor: Si la jaula del ave está situada en un lugar dónde haga mucho calor, no será extraño que en verano comience a respirar con dificultad y tener separada las alas del cuerpo. En estos casos hay que lavar al guacamayo con agua fría para que se refresque.
  • Retención del huevo: Es algo extraño que suceda, pero es posible. Esto sobre todo pasa en las hembras adultas o las que no hayan sido alimentadas adecuadamente. En este caso hay que aplicar un poco de calor en la cloaca, usando por ejemplo vapor, o un poco de aceite para facilitar la salida.

Quiero que mis guacamayos críen, ¿qué tengo que saber?

¿Es difícil lograr que los guacamayos se reproduzcan? Lo cierto es que no, y se les puede dejar a su aire y es posible que tengan crías por su cuenta. Pero si quieres intervenir un poco en el proceso de la naturaleza, lo primero es saber que los guacamayos no pueden criar hasta que no han alcanzado la madurez sexual, cosa que no sucede hasta que han alcanzado los cuatro años de edad.

Lo primero de todo es que se haya formado una buena pareja. Si dos guacamayos jóvenes se han criado juntos, no hay que preocuparse, puesto que son animales que muy pronto hacen contacto entre ellos. El nido se puede comprar o dejar que lo hagan ellos con materiales que se le dejen en la jaula.

Una vez que se han apareado, lo normal es que la nidada sea de dos huevos, aunque en ocasiones especiales tienen tres huevos. La incubación durara alrededor de 30 días. Al principio las crías son ciegas, por lo que dependerán totalmente de la madre hasta que cumplen los 2 – 3 meses, momento en el que ya salen del nido al tener su plumaje. Después estarán con los padres otros seis meses, hasta que aprenden a valerse por si mismos y se les puede colocar en una jaula diferente.

Los guacamayos no son adultos hasta que no cumplen los 7 años y cuando forman un vínculo con su pareja, este es de por vida, así que es bastante difícil lograr que un guacamayo se junte con otra hembra que no sea la primera que escogió como tal. ¿Es imposible? No, pero al ser un animal que se une tanto a su pareja, no es de extrañar que entre en depresión si esta fallece y quiera estar solo en su jaula.