El agapornis personata puede que sea uno de los agapornis más bellos del mundo y también de los más adorados por todo el mundo. Quien lo tiene en su casa, sabeque cuenta con un compañero inseparable.
¿Cuál es el origen de esta ave?
Su nombre viene de la palabra griega agape, que significa amor, y ornis, que quiere decir ave. Por ello, esta ave comúnmente recibe el nombre de ave del amor. Pero en países como España, esta ave es comúnmente conocida como agapornis común. Otros la han bautizado como el ave enmascarada o el cabecinegro.
Fue descubierta en Tanzania alrededor de 1887, en donde vivía en grupos de unos 30 agapornis. Su hábitat se extiende por toda la sabana, viviendo los árboles de la zona. Su belleza hizo que muy pronto los amantes del cuidado de las aves decidieran comenzar a criarlo.
Unas características inmejorables
Es uno de los agapornis más pequeños que hay, pues su tamaño medio se encuentra entre los 12.5 y los 15 cm. Debido a las diferentes mutaciones que ha recibido durante el periodo de crianza hay muchas variantes de tonos azulados, de un tono gris pálido o con un tono violeta.
La mayor característica de esta ave es el color negruzco, o de un tono castaño casi negro, en la cabeza, con cada uno de sus ojos rodeado por un anillo blanco grande, lo que hace que parece que lleve una máscara. Su pequeño pico es de un color rojo brillante que contrasta con el resto de la cabeza.
En el caso de su cuerpo, y su cuello y la parte superior del pecho tiene un tono amarillento, aunque en ocasiones este puede ser de un tono anaranjado. Sus patas son firmes y fuertes de un color grisáceo, con las que puede posarse sin problemas en los barrotes de la jaula o sobre las perchas que haya en esta. Sus alas también son bastante fuertes y le permiten volar a gran velocidad durante bastante periodo de tiempo.
En cuánto a su carácter, resulta uno de los agapornis más cariñosos que hay si ha cogido confianza con su dueño, pero con otras aves puede llegar a ser un problema por su carácter territorial.
Vas a cuidar de un agapornis, ¿qué tienes que saber?
Lo primero de todo es que en el caso de que se quiera que esta ave tenga un compañero de jaula, esta tendrá que ser la hembra que será su pareja. Desgraciadamente su carácter violento y territorial hace que sea terriblemente violento en el caso de estar cerca de otro macho, así que hay que tener mucho cuidado con quien está en la jaula con él. Especialmente en la época de cría será cuando se vuelvan más violentos.
A pesar de este pequeño “temperamento” se trata de un animal bastante cariñoso y amoroso con su pareja y también con sus dueños. Es del tipo de ave al que se le pueden enseñar a hacer algunos trucos, ya que es bastante juguetón y le gusta hacer cosas nuevas. Su comida, siempre debe estar compuesta por semillas de gran calidad, aunque también se le pueden dar algunas piezas de fruta y verdura sin ningún miedo.
Que salga de la jaula para estirar las alas nunca será un problema, siempre y cuando se le acostumbre a que comerá una vez que esté dentro de la jaula. Explorará la casa y al principio puede que se dé algún golpe, pero no hay que preocuparse, ya que poco a poco se irá acostumbrando a la habitación y podrá moverse mejor por ella. Un pequeño detalle a tener en cuenta es que los machos son más sociables que las hembras, por lo que con estas habrá que tener un poco más de paciencia antes de dejarlas salir de la jaula.
En el caso de cuidarla bien se trata de una especie bastante longeva, puesto que algunos han llegado a alcanzar los 15 años de vida, siendo una de las razas de agapornis que más tiempo pueden vivir en cautividad.