Cada especie tiene un ejemplar que la hace especial. En el caso del mirlo, tiene una de las especies más extendidas del mundo: el mirlo común. ¿Quieres saber todo lo que se sabe sobre esta especie? Porque te va a encantar.
¿Tiene algún otro nombre?
A esta especie también se le conoce con el nombre de mirlo, zorzal, zorzal común y el nombre científico de Turdus merula. Se trata de una especie paseriforme de la familia turdidae, la cual se distribuye por Europa, Asia y África del Norte. Con el año de los años fue introducido en Australia, Nueva Zelanda y América del Sur.
Su hábitat suelen ser las zonas boscosas, teniendo especial preferencia por los bosques caducifolios. No obstante, no es raro encontrarlos en jardines, tanto públicos como privados, ya que para ellos es un mejor lugar en el que anidar. De hecho, se estima que hay 7.3 parejas por hectárea en cada jardín, mientras que los bosques acogen, tan solo, a una décima parte de estos. Incluso se los puede encontrar en setos, zonas de arbustos, al borde de los bosques, campos de cultivo y en algunas zonas urbanas.
En Europa es común confundirlo con el mirlo capiblanco, una especie que es bastante cercana, según el punto de vista taxonómico, además de que se encuentra más o menos a la misma altitud. A este se lo puede encontrar en Europa, a 1000 msnm, en África del norte a 2300 msnm, en Sri Lanka a 800 msnm y a 900 msnm en la India Peninsular.
En lo que se refiere a su zona de reproducción, este suele preferir la zona templada de Europa, por debajo del círculo Polar Ártico, siendo común verlo en África del Norte y en algunas islas del Atlántico, más concretamente en Madeira, Azores y Canarias. Muchos de estos ejemplares también migran para la anidación en Asia del Sur.
Características y diferencias de los sexos
¿Cuáles son las características generales de un mirlo? Pues en el caso de un mirlo común, este mide entre 23.5 y 29 cm de largo, con una envergadura alar de 34 a 38 cm, y un peso que está estimado entre los 80 y 125 gramos. Estas variaciones dependen del sexo y de las estaciones.
Presenta un fuerte dimorfismo sexual. El macho, cuando son adultos, tiene el plumaje totalmente negro, con un fuerte anillo ocular de color amarillo, o una mezcla de amarillo y naranja, con el pico del mismo color. En invierno, sin embargo, se puede notar como el anillo ocular se vuelve marrón y el pico se oscurece. Sus patas son de un marrón negruzco. Según la subespecie, el color negro es un poco más o menos intento, llegando a mezclarse con un color marrón.
La hembra, por su parte, tiene un plumaje totalmente marrón, cuyo tono varía según el ejemplar, pudiendo presentar zonas más oscuras. El pico es de color marrón, a veces de un amarillo pálido, mientras que el anillo ocular es de un color marrón claro. La garganta es un poco más clara que el resto del plumaje del cuerpo, pudiendo tener un color un poco anaranjado.
En lo que se refiere a los ejemplares más jóvenes, estos tienen una pluma marrón, parecida a la de las hembras, pero de un tono más gris, con manchas de color beige en la zona del pecho y la parte inferior del cuerpo. Según la subespecie, también puede variar los tonos de marrón de cada individuo. Según los expertos, los que tienen tonos más oscuros serían los machos. La primera muda la hacen entre agosto y septiembre, adquiriendo los machos un plumaje negro brillante, pero el anillo ocular amarillo y el pico tardan un poco más en conseguirlo.
Algunas veces se han detectado lo que se conocen como “anomalías en el plumaje”. Es un fenómeno que resulta muy poco frecuente, y son pocos excepcionales. Estas observaciones se han llevado a cabo, por ejemplo, en Gran Bretaña, en donde se ha detectado que un 29% de los mirlos son comunes, pero que forman parte del grupo de mirlos blancos. Esta anomalía se presenta de una forma un poco o más pronunciada según el ejemplar. Puede ser una anomalía totalmente albina o en un albinismo parcial, producido por la leucemia o el schizochroismo.
Cuando son jóvenes, esta especie se puede confundir con el mirlo capiblanco, sobre todo cuando tienen el primer año. Sin embargo, el capiblanco tiene las alas más pálidas. En lo que se refiere al mirlo común, tiene cierta semejanza parcial con un estornino común. La hembra, por otro lado, podría ser confundido con un zorzal, pero la hembra del zorzal tiene un aspecto más pálido en la zona delantera, marcado con puntos oscuros.
A esta especie se le han reconocido un total de 15 subespecies según Clement:
- Turdus merula merula
- Turdus merula azorensis
- Turdus merula cabrerae
- Turdus merula mauritanicus
- Turdus merula aterrimus
- Turdus merula syriacus
- Turdus merula intermedius
- Turdus merula maximus
- Turdus merula mandarinus
- Turdus merula sowerbyi
- Turdus merula nigropileus
- Turdus merula spencei
- Turdus merula simillimus
- Turdus merula bourdilloni
- Turdus merula kinnisii
Comportamiento de la especie, ¿qué sabemos de ella?
Ahora vamos a hablarte un poco sobre el comportamiento que tiene esta especie. Aunque algunos viven a miles de kilómetros de distancia, comparten los mismos caracteres, variando ligeramente el temperamento.
La alimentación del mirlo común
Un mirlo común es omnívoro, alimentándose de una gran cantidad de insectos, gusanos y otros pequeños animales. También consume frutas, y de vez en cuando algunas semillas. Estos mirlos buscan las presas sobre todo en la tierra. De hecho, sus patas están adaptadas no solo para dar saltos, sino también para correr por el suelo, mientras inclinan la cabeza observando el terreno.
Su sistema de caza se basa, aunque solo es un poco, en el uso de la vista, pero también utilizan el oído. Principalmente su alimentación se compone de gusanos, pero escarban la hojarasca en descomposición, de manera ruidosa y demostrativa, removiendo las hojas para encontrar cualquier tipo de invertebrados. Entre lo que consume de invertebrados, se encuentran los insectos, arañas, miriápodos, babosas y caracoles pequeños. Aunque es raro, también se puede consumir algunos pequeños reptiles y anfibios, como los renacuajos, lagartijas. Excepcionalmente, también puede alimentarte de algunos mamíferos, como un conejo enano o un ratón.
A pesar de que su sistema de caza se basa en estar por el suelo, removiendo de un lado a otro, también puede esperar paciente sobre una rama hasta detectar a su presa. Pero, en la mayoría de casos en los que el mirlo está sobre una rama es para buscar frutas, como bayas y drupas. Según la estación, y el área en el que se encuentre, consumirá un tipo de fruta u otra. Tienen especial predilección por las bayas, ya que las pueden coger con sus picos. Sin embargo, no es raro que se acerquen a una fruta más grande y la comiencen a picotear, como por ejemplo la manzana.
¿De qué se alimentan? Principalmente de bayas de aligustre, sauco negro, moras, cornejo, cerezas y zarzamoras. Sin embargo, cuando llega el invierno suelen consumir frutos de hiedra, serbal, semillas de acebo, muérdago. En la zona sur no es raro verlos consumir aceitunas, mirtos y uvas. En el norte de la India pueden consumir higos de la higuera de Banyans. No obstante, su alimentación cambia por completo cuando están en la temporada de cría, en cuyo caso pueden atacar a animales más grandes.
Carácter del mirlo común
Los mirlos no suelen vivir en grupo. De hecho, se podría decir que son bastante territoriales. Cada individuo delimita un territorio que puede ocupar de 0.2 a 0.5 hectáreas en bosque o de 0.1 a 0.3 hectáreas en la ciudad. El macho, para establecer su territorio, lo marca durante su primer año, y este lo mantiene todo el año. Cuando están en época de reproducción no soporta a ningún miembro de su propia especie, salvo a la hembra.
Con el fin de marcar y proteger su territorio, esta especie ataca a los otros machos en posturas de amenaza, con una carrera breve hacía el intruso y con la cabeza levantada al principio, luego mira hacia abajo al mismo tiempo que baja la cola. En el caso de producirse una pelea, los machos se enfrentan y revolotean a unos cuantos centímetros del suelo, empujándose y dando gritos con las patas estiradas hacia el oponente. Son peleas que no suelen durar mucho, siendo más demostrativas que violentas. La expulsión del intruso suele ser rápida. La hembra es bastante violenta también, sobre todo durante la primavera, compitiendo con otras hembras por una pareja o el territorio de cría. Aunque las batallas entre hembras son raras, suelen ser más violentas.
Aunque es bastante raro, algunos mirlos pueden compartir un mismo hábitat tras la temporada de cría, cuando hay falta de alimento y de refugio. Incluso se ha podido ver que algunos ejemplares pueden compartir el hogar en pequeños grupos.
Reproducción de la especie
El corte realizado por los machos se trata de una carrera oblicua, combinada y con movimientos de cabeza, el pico abierto y un canto en un tono profundo y estrangulado. La hembra únicamente permanece inmóvil, mientras levanta la cabeza y la cola para permitir el apareamiento. Es una especie monógama, y aunque la pareja pueda vivir en territorios separados, llegando el momento de la reproducción se vuelven a juntar. Ello no quiere decir que las parejas permanezcan siempre juntas, pues en caso de una baja tasa de éxito de reproducción, estas se separan.
La ubicación para el nido es elegida entre ambos miembros, buscando un arbusto, que se encuentre como máximo a 2 metros sobre el nivel del suelo, teniendo especial predilección por plantas como la hiedra, el espino, la madreselva, los aligustres y el acebo. El macho participa en la construcción del nido, pero trayendo materiales, siendo la hembra quien se ocupa de darle forma al nido. El nido tiene forma de cuenco, fabricando con musgo, hierbas, raíces y pequeñas ramas, bordeadas de barro y hojas de fango.
La puesta de huevos se compone de 2 a 6, aunque lo común es que sean cuatro, de un tono azul verdoso con unas manchas marrones rojizas. El proceso de incubación suele ser tarea de la hembra, durante un proceso de 14 días. Cuando nacen los polluelos estos carecen de plumas y pesan poco más de 5 gramos. Los padres se hacen cargo de la alimentación y la cría de sus nuevos retoños, hasta que estos alcanzan una edad de dos semanas, momento en el que ya han aprendido a nadar y empiezan a volar. Pero la alimentación de los padres durará cerca de tres semanas.
Aunque lo normal es que cada pareja tenga una sola nidada, no son raros los casos en los que la hembra realiza una segunda nidada.
La migración de esta especie
Es cierto que el mirlo puede ser un ave sedentaria, pero también es migratoria. Todo depende de la zona en la que se encuentren. Por ejemplo, muchos ejemplares que viven en Europa migran a África del Norte o a la zona tropical de Asia.
Se ha detectado, sin embargo, casos en los que los ejemplares urbanitas son más resistentes al frío que los que viven en zonas de campo o bosques. Todo esto puede deberse a un microclima más suave, así como la abundancia de alimento que ayuda a estas aves a poder establecer un territorio e iniciar el proceso de reproducción a comienzos de año.
Los individuos que se ven obligados a viajar suelen hacerlo en pequeños grupos, generalmente por la noche, y al llegar a una nueva área se dispersan para conseguir el alimento.
¿Cuántos mirlos hay en el mundo?
Lo cierto es que no se ha cuantificado la cantidad total de ejemplares que hay en todo el mundo. Solo hay estimaciones aproximadas. Por ejemplo, en toda Europa se cree que hay entre 79 y 160 millones de ejemplares. Es numerosa, sobre todo, en Alemania, habiendo entre 8 y 16 millones de parejas, seguido por Reino Unido en donde hay cerca de 5 millones de parejas. En Francia, por otro lado, se estima que hay varias decenas de millones de parejas reproductoras.
Una especie que no está en peligro, pero con muchos enemigos
La esperanza de vida de un mirlo común, hablando de los que residen en libertad, es de 2 años en los ejemplares más jóvenes. Los que superan esa edad, viven hasta los 5 años. El mirlo común que más tiempo vivió alcanzó una edad de 21 años y 10 meses.
La escasa tasa de vida de estos ejemplares, sobre todo aquellos que viven en la ciudad, son los gatos domésticos. Es uno de sus principales depredadores, pero también tiene que hacer frente a otros, como el zorro, la garduña, el armiñón y varias aves rapaces, como los halcones. Pero los huevos son los que corren más peligro, en especial por el ataque de los miembros de la familia de los Córvidos, como la urraca, la corneja negra o el curvo común.
Desgraciadamente, también tienen que hacer frente a algunas especies parásitas que ponen sus huevos en los nidos ajenos para que estos luego sean cazados por las crías. Es el caso del cuco gris, sin embargo, el mirlo es capaz de identificarlo por la diferencia de tamaño y de color. Sin embargo, en zonas como Nueva Zelanda no es capaz de diferenciarlos, dado que allí es una especie muy rara.
Como pasa con el resto de miembros de su familia, son propensos a los parásitos. Se ha detectado que un 88% de los mirlos examinados cuentan con parásitos intestinales, sobre todo el género isospora o capillaria, mientras que un 80% mostró tener parásitos en sangre. Debido a que pasan la mayor parte del tiempo en el suelo, buscando alimento, no es extraño que sean atacados por las garrapatas, sobre todo en la zona de la cabeza.
La relación con el ser humano
Aunque en algunas zonas se trata de una especie bastante común, en otras fue introducido por manos del hombre, convirtiéndose en una especie invasora. Fue el ejemplo de Australia, en donde se introdujo en 1850 en Melbourne, y desde donde se expandió hasta Adelaida hasta el sudeste de Australia, siendo también común verlo en Tasmania y las islas del estrecho de Bass. Esta población se cree que es perjudicial, ya que ha causado gran daño a una amplia variedad de bayas y drupas en huertas, así como en parques y jardines. Además, se los acusa de difundir las malas hierbas, especialmente las zarzas. Por otro lado, también compiten con el resto de la fauna aviaria, con el fin de conseguir alimento.
En Nueva Zelanda fue otro país en el que esta especie fue introducida, en donde comparte territorio con el pájaro de anteojos. Estas dos especies se dedican a esparcir semillas. Se introdujo en 1862, al mismo tiempo que el zorzal (turdus philomelos), y se ha propagado por todo el país llegando a alturas de 1500 msnm. Se lo puede encontrar en la isla de Campbell y las islas de Kermadec.
Siguiendo el ejemplo de otros pájaros de pequeño tamaño, esta especie ha sido bastante cazada, sobre todo las zonas rurales en donde ha consumido los cultivos de los granjeros. De hecho, existe un alimento que se conoce como paté de mirlo, una especialidad de la cocina corsa. A esta especie se la caza con escopeta, siguiéndole en las zonas de alimentación. En algunos casos es capturado vivo, utilizando un reclamo para después su posterior venta como ave doméstica.
En el pasado fue una especie que tuvo una gran simbología. Para los griegos era un animal sagrado, a pesar de ser destructivo. En el caso de que un mirlo consumiera fruta del granado, debía morir. Al contrario que pasa con otras aves de plumaje negro, como sucede con el cuervo, no se relacionaba con la fatalidad.
Su gran relación con los seres humanos ha llevado a que esta especie se convierta en el ave nacional de Suecia, en el que la población se estima entre 1-2 millones de parejas. También es el ave que aparece en el escudo de armas de la ciudad alemana Krukow. Algunos países incluso han emitido un sello en honor a esta especie.
Los mirlos en cautiverio
Primero de todo hay que aclarar que un mirlo no puede vivir en cautiverio. El mirlo común necesita vivir en libertad, y aquellos ejemplares que residen en cautiverio son mirlos heridos que han sido rescatados o que han nacido en cautividad. Pero su comercio está prohibido.
El cuidado de un mirlo
No es nada extraño, dado que es una especie tan extendida, que de pronto te encuentres con algún mirlo abandonado o que necesite tu ayuda porque esté herido. Si es el caso, ¿qué tipo de cuidados va a necesitar el mirlo común?
Si es una cría
En el caso de haberte encontrado un mirlo bebé, este debe instalarse en una caja de cartón, ubicada en un lugar con una buena temperatura y que esté aislada de estímulos del exterior que puedan asustar a la criatura. La caja tiene que estar abierta, y solo se cerrara un poco por la noche, pero sin llegar a hacerlo de todo.
En el suelo de la caja se pone empapadores o un material que proteja el cartón, y que luego sea fácil de sacar y reponer, manteniendo así el suelo bien limpio. Dado que es una especie que por genética le gusta estar en lugares altos, se le puede ubicar en zonas altas. Hay que ver si tiene parásitos, como por ejemplo garrapatas y cuidar al limpiar la caja, ya que es un ave que hará sus necesidades en cualquier lugar.
En el caso de un adulto
Si has encontrado un adulto que esta malherido, tendrás que recurrir a un veterinario profesional para averiguar qué es lo que le ha pasado a la criatura. Es posible que esté herido por haber sufrido el ataque de algún depredador o que haya sufrido daños al chocarse con algo.
Tampoco son raros los casos de que algunos ejemplares viajen tanto que se cansen por no haber comido lo suficiente. En cuyo caso al ave habrá que alimentarla con vitaminas a través de frutas y cosas blandas.
La liberación de un mirlo adulto
En el caso de que te hayas hecho cargo de un mirlo común desde que es una cría, a la hora de liberarlo puede ser duro. En este caso no te vamos a decir que no puedas quedártelo como mascota, porque el animal se habrá acostumbrado a ti.
Sin embargo, en tu corazón sabes que lo correcto es que esta ave viva en su hábitat natural, y tenerlo encerrado en una jaula sería estresante y malo para la pobre criatura. De modo que, ¿cómo puedes conseguir que esta especie pueda vivir en libertad? Nada de ocurrírsete el dejarlo en libertad tal cual, porque entonces el ave va a durar poco más de un par de días en estado salvaje.
Contacta con un centro de recuperación de fauna silvestre, que este en tu ciudad o el centro más cercano. Ellos serán los que se hagan cargo de que el ejemplar para que aprenda a vivir en estado salvaje, cazando su propio alimento y aprendiendo a como valerse por sí mismo.
El mirlo en jardines
Aunque lo más normal es que el mirlo suela asentarse en parques públicos, ya que allí les es más fácil conseguir alimento, no es nada extraño que estos ejemplares acaben estableciendo su hogar en un jardín privado.
¿Es tu caso? En ese caso no te le hagas nada al animal. Simplemente se ha asentado allí porque ha visto que en tu jardín puede conseguir el suficiente alimento, así como conseguir frutos frescos de los árboles de la zona.
Lo que tendrías que hacer es cuidarlo. Ponle alguna forma de tener acceso a agua para cuando tenga sed, algo parecido a lo que se hace con los colibríes, y de vez en cuando déjale cerca de su nido algo de fruta. Así estableceréis una buena relación y es como si tuvieras una mascota, pero sin tenerla.