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Aves Exóticas

Codorniz pectoral

Tranquilo, que todavía te quedan muchas especies de codornices por conocer. ¿Qué te parecería aprender algo sobre la codorniz pectoral? ¿A qué nunca habías oído hablar de ella? Pues prepárate, porque aprenderás mucho.

¿De dónde es?

Esta es una de las especies de codorniz más comunes de Australia, estando distribuida en casi todos los estados, salvo en Tasmania, al parecer porque hay una gran cantidad de depredadores en la zona.

No se le reconocen subespecies, y se sabe que reside en las raspaduras en el suelo, debajo de un arbusto o de mata de hierba, lo que le permite mantenerse oculta de la presencia de algunos depredadores. Su nombre científico es coturnix pectoralis.

Tiene un camuflaje perfecto

Lo cierto es que es una especie que está muy echa a la vida en libertad, siendo su plumaje el camuflaje perfecto para evitar a los depredadores. Sus plumas son marrones, en tonos más claros y oscuros, con la presencia de plumas blancas en todo su cuerpo. La combinación de estas plumas dibujan un curioso motivo que es perfecto para camuflarse entre los matorrales y los árboles.

En su rostro cuenta con una flanja de color blanco por encima de los ojos que se extiende hasta el cuello y otra más corta de color marrón por debajo de los ojos. Su pico es corto, de un tono grisáceo. Su ojo es de un tono marrón, pero cuando son jóvenes puede ser un poco más rojizo.

De tamaño es una codorniz de tamaño medio, que puede llegar a medir los 20 cm. Su peso ronda entre los 75-125 gramos. A la vista no presenta dimorfismo sexual, pero al parecer la hembra es un poco más pequeña que el macho.

¿Es apta para tenerla como ave doméstica?

Lo cierto es que no es muy popular entre los granjeros de la zona para tenerla como ave de compañía, pero ello no quiere decir que no sea apta para realizar esta labor y tenerla como animal de cría.

Cuando vive en libertad lo hace de manera solitaria, gustándole vivir en pequeños grupos que no sean de demasiados miembros. Quizás una pega al tenerla en cautividad es que se trata de un ave migratoria, la cuál recorre hasta 1000 km para trasladarse a una zona más cálida en los meses de invierno. Sin embargo, si su jaula está bien preparada, podrá soportar sin problemas los cambios de temperatura.

Para tenerla como ave de compañía hay dos opciones: contar con una buena jaula, la cuál tiene que ser bastante larga para que pueda caminar de un lado a otro y con la suficiente altura para que no se sienta oprimida. Algunos criadores las tienen en gallineros o corrales, pero lo mejor es tener una pajarera, para evitar que se escapen. Además, es un blanco fácil de algunos depredadores como los gatos o las ratas, y las barras de la pajarera les servirán como escudo.

Su alimentación se compone, principalmente, de semillas y pequeños animales invertebrados. La mezcla de semilla tiene que ser variada, reduciendo la cantidad de semillas grasas para evitar que coja demasiado peso. Si vas a criar  a una para después comerla, cuánta más grasa tenga su carne peor sabor tendrá.