Cuesta mucho no querer interesarse por la fauna de Sudamérica. Su fauna de aves es muy rica en especies, y es casi imposible conocerlas todas. ¿Un ejemplo de ello? El chicagüire, una especie bastante desconocida y poco estudiada.
¿Qué se sabe de su hábitat?
Recibe otros nombres, como chajá, chavarrí o chajá chicagüire. Su nombre científico es chauna chavaria y es una especie de ave anseriforme de la familia anhimidae, la cuál se encuentra en el norte de Venezuela y Colombia.
Suele vivir cerca de grandes cantidades de agua o zonas costeras, en las que haya bastante vegetación. Aunque también se la puede encontrar en zonas más secas, pero son casos muy raros.
¿Qué aspecto tiene?
Dado que es de la familia de las aves acuáticas, pertenece al mismo grupo que los cisnes y los gansos, a pesar de que aspecto no se les parece en nada. Mide entre 76-91 cm y pesa alrededor de los 3 kg. El macho y la hembra son idénticos.
Es fácil de diferenciar del chajá común ya que esta especie tiene la zona de la frente de un tono grisáceo, el pico de un tono gris amarillento y el anillo ocular del ojo de un rojo intenso, libre de plumas. La garganta y los costados del cuello don de un color blanco claro, mientras que el cuello es de color negro.
La mayor parte de su cuerpo está cubierto por unas plumas de color negruzco, con breve presencia de plumas negras, salvo en la zona del borde en algunas zonas de su cuerpo. Sus patas son robustas, de un tono rosado.
¿Algo que destacar de su vida en libertad?
Se trata de una especie totalmente vegetariana. Su alimentación está compuesta, principalmente por plantas acuáticas. Al contrario que otras aves acuáticas no se mete dentro de los estanques o largos para obtener alimento. Las consigue de la zona costera.
La puesta de huevos suele tener lugar entre octubre y noviembre, aunque en algunas zonas como Venezuela esta puede darse en mayo. Los nidos los construyen cerca de la costa, haciendo un nido flotante con las plantas que encuentran en la zona. Ponen de tres a cinco huevos. La incubación, que dura aproximadamente un mes, es realizada principalmente por la madre. El cuidado de las crías podría ser compartido entre ambos progenitores una vez que han nacido. El tiempo que permanecen en el nido es desconocido, aunque podría establecerse entre uno o dos meses.
No es una especie que se encuentre amenazada ni tampoco es tan tratada por el ser humano como sucede con otras especies de aves de Sudamérica, lo que hace que no haya muchos datos sobre ella.