Si alguna vez visitas Rusia, y eres todo un amante de la especie de los ruiseñores, tendrás la oportunidad ver un ruiseñor ruso, una de las aves con el mejor canto que existe. Seguro que lo reconocerás enseguida. Pero si quieres saber cómo es para detectarlo fácilmente… ¡descúbrelo ahora!
¿Por dónde se extiende esta especie?
Bajo el nombre científico de luscinia luscinia, el ruiseñor ruso antiguamente se consideraba que formaba parte de la familia de los túrdidos, pero actualmente se clasifica como un papamoscas.
Reside en todo el continente ruso, pero también se le puede encontrar en bosques de Europa y Asia. Durante los meses de invierno migran por la noche para trasladarse hasta África, huyendo del frío.
¿Y cuál es su aspecto?
Su tamaño lo cierto es que es muy similar al petirrojo europeo, aunque un poco mayor que el pechiazul, pues mide entre 15 – 17 cm y puede llegar a pesar hasta los 37 gramos. Presenta un ligero dimorfismo sexual. Es cierto que físicamente el macho y la hembra son idénticos, pero el macho tiene un canto más potente, que está compuesto por silbidos, trinos y chasquidos, lo que por otro lado ayuda a diferenciarlo del ruiseñor común.
Los tonos de sus plumas son de color gris, lo que parece que tenga una apariencia nebulosa en la parte inferior de su cuerpo. No tiene franjas rojas en los lados de la cola, como sucede con los ruiseñores comunes. Algunos podrían confundirlo con la hembra del colirrojo, pero su cola es algo más grande, además de tener un color marrón rojizo uniforme. En el pecho se le pueden encontrar algunas manchas de color marrón grisáceo.
Cuando está posado sobre una rama, presenta un aspecto bastante modesto y sencillo, lo que lo hace aún, si cabe, más hermoso.
¿Qué más cosas se sabe sobre esta ave?
Su reproducción suelen hacerla entre los meses de mayo-junio. Los nidos los construyen a nivel del suelo, escondidos entre ortigas. Este está fabricado por parte y hojas secas, recubierto de plumas y pasto fino. Lo normal es que pongan entre 3 – 6 huevos, y únicamente es la hembra quien se ocupa de la incubación. Tras nacer los polluelos, estos están dos semanas en el nido hasta abandonarlo.
Su reproducción suele darse en bosques de hoja caducas, que sean jóvenes y densos, pero también se los puede ver en zonas de cultivo, bosquecillos y parte. En Finlandia, por ejemplo, se estima que hay alrededor de 20.000 ejemplares, los cuáles han ampliado bastante su distribución y se ha convertido en una especie bastante común.
Su alimentación se compone, especialmente, de pequeños invertebrados, pero en los meses de reproducción suelen recurrir a las larvas por los nutrientes que estas tienen para dársela de comer a sus crías.
Al contrario que otras especies de ruiseñor, esta no es un ave para tenerla en cautividad. Son algunos los que se dedican a su cría y reproducción, pero no es la mejor mascota. Es cierto que su canto es armonioso y que puede resultar relajante. Pero es un ave que está acostumbrada a los climas templados, y el calor abrasador del verano en algunos países es una de las principales causas de mortalidad de esta especie en cautividad. Además, está acostumbrada a la libertad y trasladarse de un punto a otro, por lo que tenerlo en una jaula se podría considerar una crueldad. Algunos que han crecido desde temprana edad en jaulas se han acostumbrado a ellas, pero, lo más común, es que estos acaben falleciendo a los dos o tres años por no adaptarse bien a estar encerrados.