Un día más un ave más que vas a conocer. ¿Hoy te gustaría aprender algo sobre una nueva especie de perdiz? Pues prepárate, porque vas a conocer ni más ni menos que a la perdiz moruna.
¿Dónde vive esta especie?
La alectoris barbara, aunque recibe el nombre común de perdiz moruna, pertenece a la familia de las phasianidae y se trata de una especie galliforme que es autóctona del norte de África.
En su lugar de origen se extiende desde las llanuras costeras hasta el Atlas, las proximidades del desierto del Sáhara. También se la puede encontrar en Europa, región que es el epicentro de la población más numerosa en la isla italiana de Cerdeña, en la que seguramente fueron introducidas por los romanos.
No hay que confundirla con la roja
Algunos podrían confundirla a simple vista con la perdiz roja, pero lo cierto es que en la cara y la garganta tiene el color más gris, con un collar pardo moteado en blanco, lo que ayuda a diferenciarlo. Este mismo collar que mezcla el color gris con el blanco es idéntica a la lista de colores que tiene bajo sus alas.
El macho y la hembra son idénticos en colores, aunque se podría decir que esta tiene los colores del plumaje un poco más apagados. Además, lo normal es que el macho mida un poco más que la hembra y sea algo más pesado. Lo normal es que un ejemplar mida entre 33-36 cm.
A la perdiz moruna se le reconocen cuatro subespecies:
- Alectoris barbara koeningi: La cuál reside en el noreste de Marruecos y fue introducida en el sur de la Península Ibérica y Canarias.
- Alectoris barbar abarbara: La especie nominal que se encuentra en el norte de Marruecos, Argelia y Cerdeña.
- Alectoris barbara spatzi: Esta vive en el sur de Marruecos, Argelia y el sur de Túnez.
- Alectoris barbara barbata: Endémica de Libia y el noreste de Egipto.
No sería fácil de ver
Al igual que otros miembros de su familia, se trata de un ejemplar bastante asustadizo y escurridizo. Habita en diferentes tipos de terrenos, siempre abiertos, ya sean semidesiertos, laderas de montañas, matorrales, pinares o tierras de cultivo.
Es una especie monógama y de desarrollo muy rápido. Las parejas se forman en primavera, haciendo su nido en el suelo con un forrado de plumas y hojas, en la que pueden poner entre 10-16 huevos en cada puesta. La incubación corre a cargo de la hembra, que los mantiene cálidos durante 25 días. Al nacer las crías, estos ya abandonan el nido a los pocos días de nacer y a los 10 días son capaces de volar.
Se alimentan de semillas, frutos y de algunos insectos que puedan encontrar por la zona. Aunque es una especie que se podría decir que se encuentra bastante extendida, lo cierto es que está bastante amenazada. Principalmente, la culpa es de la presión cinegética que se ejerce sobre sus poblaciones, la depredación de mamíferos que fueron introducidos en sus hábitats y la intoxicación por las sustancias que se utilizan para combatir plagas en los cultivos.