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Aves Exóticas

Perdicilla cabecirroja

Existen muchas especies que se han investigado muy poco. Algunas de ellas solo se tienen unos pocos datos obtenidos por conjeturas y referencias de otras especies. ¿Quieres conocer uno de los casos?

¿Dónde vive esta especie?

La perdicilla cabecirroja, la cuál es conocida con el nombre de haematortyx sanguiniceps en la comunidad científica, es un ave galliforme de la familia phasianidae y la única miembro del género haematortyx.

Esta ave es endémica de la isla de Borneo y habita en los bosques húmedos de tierras bajas y bosques montanos, una de las razones por las que puede que haya sido investigada tan poco.

Un aspecto bastante peculiar

Lo cierto es que es un ave que tiene un aspecto bastante peculiar, y al mismo tiempo esto sirve para reconocerla con suma facilidad. Su tamaño ronda los 25 cm y el peso suele ser de unos 330 gramos. Parece ser que las hembras son un poco más pequeñas que los machos.

Cuenta con una cabeza de color rojizo hasta la nuca y la parte posterior del cuello. En este punto toma el color de unas plumas negruzcas-azuladas en la espalda y sus alas. En el caso de la parte inferior del cuerpo, el color de las plumas se tornan de un color gris. La parte superior de la cabeza y posterior del cuello son de un tono negruzco.

¿Qué datos hay sobre ella?

Por norma general es un ave que se alimenta de bayas y pequeños insectos. De vez en cuando se ha detectado que puede alimentarse de pequeños crustáceos con los que cumplimenta su dieta.

A la hora de reproducirse, el proceso de emparejamiento comienza en enero, prolongándose hasta abril. El macho parece que se aparea con la hembra a mediados de marzo. La hembra, una vez que ha sido fecundada, será la que se ocupe de buscar el mejor lugar para su nido. Este, por norma general, suele encontrarse entre arbustos o en una depresión que sea de difícil acceso para los depredadores.

Podrá poner de 5 a 8 huevos en cada puesta, y será la encargada de incubarlos. Muy rara vez el macho colaborará en la incubación de los huevos, aunque si que puede colaborar un poco en el trabajo llevando un poco de alimento a la hembra para que de este modo el nido no quede desprotegido.

Pasadas dos o tres semanas nacerán todos los polluelos, que a los pocos días ya abandonarán el nido siguiendo a la madre. Durante este proceso, tanto el padre como la madre enseñan a los pequeños como conseguir alimento. Dado que aún son pequeños como para alimentarse de semillas y frutos, aprenden a alimentarse gracias a los insectos que encuentran en el suelo, cavando con sus pequeños picos. Por norma general se alimentan durante esta etapa de pequeños invertebrados.

Es una especie que no es muy conocida, y gracias a eso ha podido aumenta su población en los últimos años. Sin embargo, se han tomado muchas medidas para protegerla y evitar que pueda ser cazada.