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Aves Exóticas

Papamoscas acollarado

¿Te has enamorado de la especie de los papamoscas y te gustaría saber algo más sobre ellos? Quizás no conozcas todavía el papamoscas acollarado, una especie sin lugar a dudas bastante bella y llamativa. ¿Listo para averiguar más sobre él?

¿En dónde se la puede encontrar?

Se la conoce con el nombre científico de ficedula albicollis, y es una especie que pertenece a la familia de los muscicapidae. Habita en Europa y África, siendo una de las cuatro especies de papamoscas blancos y negros del Paleártico occidental.

Es un ave migratoria, la cuál cría en Europa central y oriental, así como en la península itálica, y que durante los meses de invierno se traslada a África suroriental para pasar los meses de invierno. Es toda una rareza en la mayor parte de Europa Occidental.

¿Y cómo es de aspecto?

Mide entre 12 – 13 cm de largo y suele pesar unos 20 gramos. Presentan un ligero dimorfismo sexual, pero no es bastante para diferenciar los sexos, por lo que la mejor forma de hacerlo es recurriendo a una prueba de ADN.

Las plumas de su cuerpo son de color negro en la parte superior, mientras que la inferior es de color blanco. Tienen un collar blanco en la zona del cuello, motivo por el que recibe este nombre, así como las alas y la cola del mismo color. Sin embargo, algunos machos tienen líneas blancas al lado de la cola. También cuentan con una franja de color blanco en la cabeza.

Los jóvenes y las hembras tienen tonos de color marrón en lugar de negro, y se les puede confundir con otros ejemplares de papamoscas, especialmente con la cerrojillo o semiacollarado. De hecho, con esta última especie, se han encontrado muchos casos de híbridos.

¿Y cómo vive esta especie?

Es un ave que se alimenta especialmente de insectos, los cuáles puede atrapar durante el vuelo, pero también las puede buscar en el suelo o en los árboles. Especialmente, les gustan las orugas, las cuáles cazan en las hojas caídas pero también las pueden buscar entre las hojas que hayan en las ramas de los árboles. Se la puede ver comiendo, ocasionalmente, frutos de color rojo.

Frecuentan bosques, parques y jardines, prefiriendo especialmente los árboles viejos que tengan cavidades en las que puedan construir sus nidos. Estos nidos los construyen en los agujeros o en cajas nido artificiales. Lo normal es que en cada puesta pongan entre cinco y siete huevos, los cuáles son incubados por las hembras durante dos semanas, casi tres, hasta que nacen los polluelos que son alimentados por el padre. Al igual que otras variedades de papamoscas, pueden poner varias puestas durante el verano, y los padres se van alternando entre las tareas para poder hacerse cargo de todos los polluelos.

En España apenas hay datos de que haya ejemplares de esta especie, salvo en los meses de primavera, los cuáles particularmente son machos. Sin embargo, debido a la dificultad para distinguir sus plumas del papamoscas cerrojillo, algunos registros pueden estar equivocados sobre la cantidad de ejemplares de esta especie que hay ahora mismo en la península. Se estima que hay alrededor de 35 ejemplares ahora mismo residiendo en España.