Suele decirse que las islas Canarias tienen una de las mejores faunas del país. Y lo cierto es que es verdad, sobre todo porque dentro de ella se encuentra el buchón canario, una de las palomas más hermosas que existen.
Tiene más de un siglo de historia
Parece ser que el buchón canario nació fruto del cruce de varias palomas buchonas de la península y la paloma bravía canaria, la cuál en aquel momento era conocida como paloma salvaje o risquera.
Al principio, esta nueva especie no era considerada como tal, sino que era conocida como Bannerman ya que se la consideraba una subespecie por las características tan peculiares que tenían. Sin embargo, con el paso de los años se ha acabado adaptado a las islas y su clima, lo que al final hizo que fuera considerada como el buchón canario. Más tarde, se comenzó a cruzar con el buchón Valenciano y el Rafeño, lo que acabó dando lugar al nacimiento del buchón canario que se conoce hoy en día.
Un ave tan peculiar como su origen
En lo que se refiere al temperamento, el buchón canario resulta muy curioso. Por un lado es un ave muy alegre, cuando se trata de volar o estar en tierra con su dueño, pero también por ser bastante arrogante cuando se trata de cotejar a la hembra, a pesar de que no sea muy agresivo. Aunque, como tira de ella para intentar llevarla a su “lugar íntimo” si que puede parecer que la esté obligando.
Con un tamaño entre 20 a 24 cm, aunque hay algunos más grandes, su peso suele rondar los 300 – 400 gramos, dependiendo si es macho u hembra. Se caracteriza porque su buche tiene forma de pera, aunque este no debe ser muy grande, pareciendo que esté algo descolgado lo que le ayuda a evitar el balanceo durante el vuelo. Los criadores expertos aseguran que es mejor que no tenga el buche alto o subido a los lados del cuello. En el centro de este tiene un corte, lo que se conoce como “buche partido en dos tapas”, que comienza bajo el pico y surca la parte frontal del buche.
La cabeza tiene una forma algo redonda, y junto con las carúnculas nasales y el pico forman una línea suave. El pico puede parecer corto, pero es fuerte y ancho, por lo que en algunos de los ejemplares parece que tenga pico de loro. En este tiene unas carúnculas nasales cortas, que parece tener la forma de granos de arroz sobre el pico. Los iris de sus ojos suelen ser de tono naranja en los ejemplares azules, negros o tostados, mientras que son de color guinda en los blancos.
Con un tono rojizo, sus patas libres de plumas suelen ser bastante cortas, aunque hay algunas tonalidades diferentes en otros ejemplares. Las alas son fuertes y largas, llegándole hasta la punta de la cola y su cola, compuesta 12 plumas timoneras no debe tocar el suelo. Al tacto da una sensación agradable, puesto que su pluma es suave y sedosa.
Hora de criar a un buchón canario
Frente a otros palomos, el buchón canario no debería presentar problema para los criadores novatos. Quizás el mayor problema es que, al ser un ave acostumbrado al clima canario, hay que habilitar el palomar para que crezca con un ambiente parecido, lo que puede llevar mucho trabajo.
No suele meterse en peleas con otros palomos, pero cuando está en época de celo y comienza su “cortejo” hacía la hembra, lo mejor sería separar a ambos palomos en un módulo del palomar para que así no se puedan sentir amenazados por otros palomos.
Le encanta salir a volar, y una vez que esté entrenado se podrá abrir la puerta del palomar para que este salga cuando lo desee. No requiere de tantos cuidados como otras palomas, pero si se quiere usar para concursos, el entrenamiento y el cuidado tendrá que ser constante, con una buena dieta y bastante ejercicio para mantenerlo en forma.