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Aves Exóticas

Catey

Cuba cuenta con una fauna muy variada, y tener la fortuna de encontrarse con algunos ejemplares autóctonos es una maravilla. Por ejemplo, se encuentra el catey, una especie de loro muy famosa en la zona.

¿Loro o periquito?

Aunque los expertos catalogan al catey, o psittacara euops, como miembro de la familia de los loros (Psittacidae), el que en la isla algunos se dirijan a él como periquito lleva en ocasiones a confusión. No obstante, el SEO propone que el nombre estándar de la especie debería ser aratinga cubana. La razón por la que los habitantes se refieren a esta especie como “periquito” es porque a los miembros de la familia de los Amazonas y otras especies antillanas similares se referían a ellos como perico y de ahí se fueron variando los nombres.

La especie vive en la Península de Zapata, encontrándose su acceso muy restringido, en las montañas de Guamuhaya. También se les puede ver en algunas áreas en las provincias de Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Camagüey y en las montañas de la zona oriental del país.

Un aspecto muy hermoso

Aunque a simple vista no se pueda detectar dimorfismo sexual, la mejor forma de diferenciar el sexo de los ejemplares es a través de su tamaño. El macho suele medir más de 28 cm, mientras que la hembra rara vez supera los 27,5 cm.

El color predominante en esta especie es un verde intenso, con un área roja bajo el doblez del ala, con la presencia de algunas plumas rojas dispersas, pero sin seguir un patrón fijo en la zona de la cabeza, el cuello y el pecho.

El iris es de color amarillo, con un anillo ocular blanquecino. El pico mezcla el blanco con el rojo, mientras que sus patas son de un tono pardo-grisáceas. Los ejemplares más jóvenes tienen colores más apagados, sin contar con la presencia de plumas rojas por su cuerpo.

¿Se pueden tener como mascotas?

Lo cierto es que la situación del catey es un tanto delicada en la isla. Mucha gente los captura de manera ilegal para tenerlos como mascota, lo cuál si que está prohibido. Si alguien quiere tiene esta especie como mascota, en ese caso debería adquirir un ejemplar que haya sido criado desde pequeño en cautividad.

Cuando viven en libertad se agrupan en bandadas pequeñas y se posan juntos. Realizan gritos agudos, repetidos que se pueden oír a una larga distancia. Generalmente, hacen más ruido cuando están volando. A la hora de alimentarse lo hacen de semillas y frutas de árboles, siendo muy raro verlo comiendo algún insecto.

A la hora de reproducirse, lo hace entre los meses de mayo y agosto, aprovechando los huecos de los árboles que cuenten con nidos de pájaros carpinteros. La hembra pondrá de 2 a 5 huevos y se ocupará de la incubación durante 27 – 30 días, hasta que nazcan todos los polluelos. Tras esto, los padres se turnarán para protegerlos y alimentarlos hasta que alcancen el mes y medio de vida y abandonen el nido.

La especie está catalogada como “vulnerable” según el CITES. Debido a la deforestación y a la caza furtiva de la especie, en los últimos años se ha visto muy mermada. Sin embargo, los impedimentos para adquirir un ave de esta especie no son tan estrictos como con otras especies de aves más exóticas.