¿Buscando cuál podría ser el ave ideal para tener en tu casa? Porque si lo que estás buscando es un ave que sea exótica, y muy bella a la vista, deberías probar a adquirir una maracaná de cuello dorado.
¿Existe un ave como esta?
Es un ave muy habitual en Brasil, Paraguay, el norte de Argentina y el sur de Bolivia. Se la conoce con el nombre científico de primolius auricollis, y es una de las tres especies del género primolius.
Durante mucho tiempo se consideró que era un miembro más del género ara, por la cara que está libre de plumas, pero su tamaño era muy inferior a las aras y que no tenía las características hileras de filoplumas típicas de esta especie.
¿Quieres saber porqué es tan bella?
Es un ave de un tamaño medio que alcanza los 38 cm de tamaño, y que puede llegar a pesar los 400 gramos. No presenta dimorfismo sexual, y aunque generalmente las hembras son algo más pequeñas que los machos, no es una buena forma de determinar el sexo.
Las plumas de su cuerpo son de color verde, con un collar en la zona del cuello, en la parte posterior, de color amarillo el cuál desarrolla según va envejeciendo, de un color bastante vivo. Su frente y corona son de color negro.
Las plumas remeras, así como las coberteras primarias, son de color azul, y su cola, larga y puntiaguda, tiene una base de color rojo, con un estrecho sector de color verde y una punta de color azul. La parte inferior de la cola, así como las plumas de vuelo, son de un tono verdoso-amarillo.
Las patas son de color rosado opaco, con el iris de color rojo. Una gran parte de su cara carece de plumas, exhibiendo su piel de color blanco. Su pico es de color negro, con la punta de color gris pálido. Su esperanza de vida ronda los 50 años, por lo que es un ave bastante longeva.
¿Es una buena mascota?
A pesar de su hábitat haya sido bastante mermado por la mano humana, no es una especie que se encuentre en peligro de extinción, por lo que podría ser el ave perfecta para los que vayan a cuidar de un pájaro por primera vez.
De carácter es curioso y juguetón, siendo bastante fácil ganarse su confianza. No tienen que convivir con otras especies que no sean la suya en su aviario, porque podrían tener algunas peleas con estas. No hay mucho problema en que conviva con la familia fuera de la jaula, ya que al ser tan cariñoso, es como si se tuviera un perro con alas por la casa. Eso sí, hay que acostumbrarlo a volver a su jaula cuando sea la hora de dormir o comer.
La jaula para una especie de este tamaño tiene que ser bastante ancha para que pueda volar sin problemas dentro de ella, o por lo menos estirar sus alas. Así que tendría que ser de unos 2x1x1 metros. Así, el maracaná podrá estirar las alas y pasar de una percha a otra sin estarse molestando por la falta de espacio. La jaula, de estar en el exterior, precisa de un lugar de sombra, pues no es bueno que le dé el sol directamente. Además, tiene que estar ubicada en una zona en la que no hayan demasiadas corrientes de aire, que son mortales para esta ave.
Come frutas, verduras y semillas, como el resto de miembros de la familia de los loros. Sin embargo, no es bueno que consuma alimentos que sean ricos en grasas, ya que esto les hace engordar con facilidad. Las semillas grasas, como los cacahuetes, habría que reservarlas como premios para sus entrenamientos, para cuando haga algo bien.
Es cierto que la reproducción de esta especie es bastante sencilla, pero es algo que se recomienda dejar en manos de criadores que tengan bastante experiencia. Para comenzar, durante la época de reproducción se vuelven bastante agresivos, por lo que tienen que estar en un aviario aparatados del resto de aves, no gustándoles tampoco que sus amos entren en la jaula. Además, tienen que cumplirse unos requisitos de temperatura y de alimentación que no todo el mundo puede conseguir, ya que es un ave acostumbrada a la alimentación de las zonas de América del Sur, por lo que la mayoría de los pichones que son criados fuera de este continente suelen nacer muertos.