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Aves Exóticas

Guacamayo rojo

Todo el mundo tiene un color preferido, o que le da muy buena suerte en su día a día. ¿Quizás para ti sea el color rojo? Porque entonces, te encantará descubrir que hay un guacamayo rojo que puedes tener como mascota.

¿Tan fantástico es?

El guacamayo rojo (ara chloropterus), o también llamado guacamayo aliverde, pertenece a la familia de los loros y atraen la atención de todos los amantes de la avicultura por su vívido y fantástico colorido, además del estridente sonido con el que se comunican durante el vuelo.

Está muy distribuida por Sudamérica, extendiéndose desde Panamá al noroeste de Colombia, pasando por Perú, Ecuador, Venezuela y Brasil. También hay ejemplares en Bolivia, Paraguay y en el norte de Argentina.

¿Es hermoso?

Se trata sin lugar a dudas de un ave bastante impresionante a la vista. Mide 90 centímetros y puede llegar a pesar 1,5 kg. Aunque no se puede diferenciar mucho a las hembras de los machos a simple vista, es fácil determinar su edad por el tamaño de su cola, ya que los ejemplares jóvenes las tienen más cortas.

Destaca especialmente por la coloración roja contrastada con las áreas blancas de la piel de su cara, con pequeñas plumas que forman líneas rojas. Hombros y dorsal tienen también la misma tonalidad rojiza, mientras que las alas tienen un color verdoso seguido de un azul marino, motivo por el que se la decidió bautizar también con el nombre de aliverde.

Gracias a su pico curvoso, muy fuerte y duro, puede conseguir romper las cáscaras de los frutos secos. La parte final del pico es de color negro, al igual que la base del color inferior. Las patas suelen tener una coloración oscura y su iris es de color amarillo.

Es un ave que se considera muy social y monógamo, pues pasa toda su vida con la primera pareja que establece. De hecho, el mayor porcentaje de muertes de guacamayos rojos en cautividad se debe por la depresión que estos sufren al perder a sus compañeras.

Es el ave que busco como mascota, ¿qué tengo que saber?

Lo primero a saber es que no se trata un ave que pueda tener todo el mundo. ¿Por qué es difícil de cuidar? No, por el gran tamaño de su jaula. Requiere de una jaula de más de 8x4x4 para que pueda estirar las alas dentro de esta. Si bien se le puede dejar vivir fuera de una jaula, no es recomendable hasta que haya conseguido establecer un vínculo con su amo, ya que podría intentar escaparse. Además, no es muy recomendable para que viva en pisos.

Es un ave bastante inteligente, por lo que si se desea se le pueden enseñar a hacer trucos como posarse sobre el brazo o el hombro, o que repita algunas palabras pues es uno de los guacamayos más vocales dentro de su especie. Además, no suele poner problemas al convivir con otras aves.

Una de las mayores ventajas que presenta es que puede convivir con otras especies de aves en su jaula. Quizás en la época de celo se pueda volver un poco “más violento”, pero no suele presentar problemas a la hora de tratar con otros animales.

Para alimentarlo, su alimento favorito son las nueces, pero también tienen que comer otros frutos secos y semillas. Además, en su dieta tienen que haber alimentos blandos como las frutas y las verduras, pero que no hay que abusar de alimentos ricos en fibra porque eso les puede producir diarrea.

Lograr la reproducción de esta ave resulta, teóricamente, sencillo. Solo hay que tener a dos ejemplares juntos desde temprana edad y tarde o temprano formarán una pareja que para toda la vida. Cada dos años se reproducirán y pondrán dos o tres huevos que la hembra incubará durante 28 días. Los pichones no pueden ser retirados de la jaula hasta haber cumplido los 90 días de vida, momento en el que comienzan a ser más independientes. Pasado ese tiempo, sin problema se les puede mover a otro módulo para que comiencen su propia vida. La alimentación de los pichones es realizada por el padre, así que hay que darle todos los alimentos que pueda necesitar para que les dé de comer.