Los guacamayos son una especie muy interesante, y son muchos los que desearían tener uno como mascota. Sin embargo, ¿cuál hay que escoger? Pues una de las opciones preferidas de los amantes de esta especie suele ser el guacamayo Jacinto.
¿De dónde es originario?
El guacamayo Jacinto es conocido con el nombre científico de anodorhynchus hyacinthinus, y pertenece a la familia de los loros, habitando en las selvas de Brasil, Bolivia y el norte de Paraguay.
Es el guacamayo de mayor tamaño dentro de su especie. Actualmente está en peligro de extinción, pues esta ave se encuentra muy codiciada por su alto precio en el mercado. En Brasil se le bautizó con el nombre de ararara azul.
¿Y cómo es físicamente?
Como ya hemos mencionado anteriormente, es el guacamayo de mayor tamaño dentro de la especie, pues mide 70 cm, pero puede llegar a medir los 100 cm. Su peso oscila entre 1,5 – 1,7 kilos.
Su pico es muy fuerte, quizás el más fuerte de las aves, con el que se puede alimentar de nueces y semillas duras, así como romper nueces de coco, madera y otras materias vegetales. Su cuerpo está recubierto de plumas de color azul, en un tono similar al añil. El pico es de color negro, con una franja brillante en la unión con la cabeza. También se le puede ver una franja brillante alrededor de sus ojos.
Carece de la máscara que poseen otros guacamayos, no teniendo plumas en la zona de los ojos. No presenta dimorfismo sexual, aunque parece ser que las hembras son algo más esbeltas. Aunque también parece que el colorido de sus plumas es un poco menos brillante, pero para determinar el sexo lo mejor es recurrir a la prueba de ADN.
¿Qué más te podemos decir de esta ave?
Su alimentación está compuesta por una amplia variedad de frutos maduros, como el mango y las nueces. Suele vérsele comiendo semillas, bayas, flores, brotes y hojas, así como también algunas frutas. Por la mañana va en busca de arcilla, por lo rica que es en minerales y así puede neutralizar las toxinas de los frutos que come que aún no están maduros.
Cuando construyen sus nidos, los hacen en agujeros o huecos de árboles. Una vez formada la pareja y habiéndose apareado, la hembra pone de uno a dos huevos. Sin embargo, cuando los huevos eclosionan, tan solo el primero es el que suele sobrevivir, ya que el segundo huevo eclosiona varios días después y no puede competir con su hermano mayor por los alimentos. Los pichones permanecen con los padres hasta cumplir los tres meses de edad.
Es una especie que tarda bastante en alcanzar la madurez, ya que esta no les llega hasta los 7 años. Esta es la edad recomendada para los criadores de esta especie para comenzar a reproducir la especie.
Actualmente, debido al gran exceso de capturas para el comercio de esta ave, además de por el uso de sus plumas que hacen los indios kayapo de Gorotire en Brasil, la especie se encuentra muy mermada y se considera que se encuentra en peligro de extinción. Por otro lado, la destrucción de su hábitat por los incendios anuales que devastan la selva y la destrucción de estas para conseguir tierras de cultivo destruyen los nidos de esta especie. Actualmente son muy pocos los países que no consideran un delito tener en casa un loro Jacinto, aunque sea una de las variantes más famosas de su especie. Si hay que obtener uno, este tiene que ser de manos de un cuidador profesional y no de una tienda, lo que si es considerado como delito.