Resulta bastante difícil escoger un solo ave cuando hay tantos en el mundo, ¿verdad? Pero con el guacamayo no te lo tendrías que pensar mucho, puesto que el guacamayo azulamarillo es uno de los mejores ejemplares que hay en el mundo.
¿Es un ave interesante?
El guacamayo azulamarillo, o ara ararauna, es una especie que pertenece a la familia de los loros y reside especialmente en América del Sur, desde Panamá hasta el norte de Paraguay y por toda la cuenca amazónica.
Vive en diferentes tipos de hábitats, desde bosques húmedos tropicales hasta la sábana seca, por lo que son aves que pueden adaptarse muy bien a los cambios de temperatura. Especialmente las bandadas se asientan cerca a los cauces de los ríos.
¿Y cómo es esta ave?
Se trata de un guacamayo de gran tamaño, puesto que mide entre 76 y 86 centímetros de largo y puede pesar entre 900 a 1,5 kg. No presente dimorfismo sexual, por lo que resulta bastante difícil poder diferenciar los sexos de esta especie. No obstante, según algunos expertos las hembras suelen pesar menos y tener un tamaño menor que los machos, además de que algunas tonalidades del plumaje. Pero, con el tiempo se ha comprobado que esto depende del ejemplar, por lo que no es un sistema fiable a usar.
El plumaje es de color azul en la parte superior del cuerpo, con un tono amarillo que recuerda al oro en la zona del pecho y el vientre, mientras que su barbilla tiene un tono azul oscuro y la frente de color verde. Su pico, muy fuerte, es de color negro, y las patas de gris oscuro. La cara muestra una tonalidad blanquecina con plumas negras, las cuáles se vuelven de color rosa cuando están en la época de apareamiento.
Para muchos es una de las ave mascotas más habituales, especialmente desde el primer viaje que Cristóbal Colón realizó a España tras descubrir las américas. Desde 1935 se lleva cuidando y reproduciendo en condiciones artificiales en cautividad.
¿Es recomendable como mascota?
Sin lugar a dudas es de las mejores aves domésticas de la familia de los guacamayos. Para empezar, es muy fácil poder reproducirlos en cautividad, por lo que no hace falta ser un criador muy experto para tener éxito al juntar dos ejemplares y que estos tengan alguna cría.
El mayor problema es que requiere de una jaula de gran tamaño para poder estirar las alas en el caso de que vaya a vivir toda su vida, la cuál puede llegar a los 50 años, en cautividad. No obstante, son muchos los que han optado por criar a esta ave fuera de una jaula y tenerla en el piso. ¿Es recomendable? Si se la acostumbra desde que es cría no supone ningún problema, pero necesitará por lo menos una percha sobre la que posarse para dormir.
Como la gran mayoría de los guacamayos, es monógamo, y una vez que haya decidido estar con una pareja ya no se separará. El mayor problema es que durante la reproducción pueden ser muy violentos con otras aves, expulsándolas de sus nidos para quedárselas ellas. Anidan cada dos años, entre agosto y enero, y pueden poner de dos a tres huevos que son incubados durante 28 días por parte de la hembra. Cuando nacen los polluelos, estos no abandonan el nido hasta que hayan pasado una media de tres meses.
Durante todo el proceso de incubación y crecimiento de las crías, es el macho quien se ocupa de alimentar a la familia, por lo que hay que administrarles una alimentación que sea sencilla de “preparar” para darla de comer.