¿Alguna vez has oído hablar de las palomas que son endémicas de las Islas Canarias? ¿No? ¿Y te gustaría saber algo más de ellas? En ese caso vas a comenzar conociendo a la paloma rabiche.
¿Qué se sabe de ella?
La paloma rabiche, columba junoniae, es una de las dos especies de palomas de las Islas Canarias, junto con la paloma turqué. Según la ley canaria, esta paloma está considerada como el símbolo natural de la isla de La Gomera, junto con el viñátigo.
Según está establecido en la IUCN, es un ave que se encuentra en peligro de extinción y que habita en zonas concretas de la isla de El Hierro, La Gomera, La Palma y Tenerife. Se la conoce con otros nombres como rabichi, rabil, rabiblanca, rabón o rovalvo.
¿Y cómo es su aspecto?
Dentro de la familia de las palomas, es un ave de tamaño medio que puede medir entre 37 – 38 cm y llegar a pesar los 350 gramos. No presenta dimorfismo sexual, por lo que el único sistema para determinar el sexo del ejemplar es recurriendo a la correspondiente prueba de ADN.
Los tonos de su plumaje son vinosos oscuros en el cuerpo, mientras que la cabeza y el cuello son grisáceos, con irisaciones en los laterales de su cuello y la nuca. La cola también es de un color gris, pero más pálido, que se vuelve blanquecino en el extremo distal.
Es cierto que es bastante parecida a la paloma turqué, sin embargo, se la puede distinguir porque la coloración de esta es más rojiza y la tonalidad de las alas es uniforme y oscura, además de que la cola es bastante diferente. Ambas palomas suelen compartir el mismo hábitat y vivir juntos.
Los jóvenes tienen menos reflejos en sus plumajes, así como menos irisaciones, y el color del pico es de un tono negruzco, mientras que los adultos lo tienen blanquecinos. Esto va cambiando con la muda de piel. Se trata de una gran voladora, realizando batidos de ala pausados, por lo que sería ideal como ave para competiciones de vuelo.
¿Algo más que puedas aprender de esta ave?
Al tratarse de un ave que se encuentra en peligro de extinción, cuesta mucho conseguir un ejemplar como mascota. Sin embargo, aunque la IUCN le ha dado la categoría de “peligro de extinción”, según la legislación española solamente se encuentra en la situación de “vulnerable”.
Con esto, se puede obtener ejemplares siempre y cuando sus cuidados estén destinados a que estos tengan crías. No hay muchos datos si resulta fácil o no de reproducir. Para comenzar, dado que no presentan dimorfismo sexual, la única forma de diferenciar el sexo es con una prueba de ADN, lo que resulta ser bastante costoso. Y después, al ser un ave que está acostumbrado al clima canario, es posible que no se adapte bien al ambiente que tenga en su nuevo hogar.
Su alimentación es igual que el de resto de palomas: semillas y algún que otro pequeño insecto. Se le pueden dar migas de pan, pero en menor cantidad para evitar que pueda engordar. No es un ave tan activa como otras especies de palomas, por lo que al vivir en cautividad es bastante propensa al engorde.
En lo referente a su carácter con otras aves, al estar acostumbrada al vivir con la paloma turqué, no suele dar muchos problemas al convivir con esta especie, pero no se han hecho muchas pruebas con otras especies de palomas. No es territorial ni tampoco agresiva, pero durante el periodo de reproducción le podría cambiar un poco el carácter, por lo que es mejor tenerla en otro módulo del palomar.