Dentro de las diferentes especies que hay dentro de la familia de los loros, hay uno que destaca sobre todos los demás. El que es conocido como loro arcoíris, muy apreciado por los amantes de los loros por lo bellos que son sus colores.
¿De dónde viene este loro?
El loro arcoíris tuvo su origen en el Pacífico, en la zona de Indonesia y la Costa Oriental Australiana, aunque se pueden encontrar algunos ejemplares en el noreste de Tanzania. Seguramente sea la especie más extendida de la familia de los loros.
Se le conoce con el nombre de trichoglossus haematodus, y suele vivir en zonas de selvas lluviosas y con muchos árboles. Viven en grupos de 5 a 20 ejemplares de su misma especie, aunque no suelen dar problemas de convivir con otras especies.
¿Cómo es físicamente?
Se trata de un ave de tamaño medio, ya que mide alrededor de 32 centímetros, habiendo ejemplares que miden 25 cm. Suele llegar a pesar alrededor de unos 125 gramos. No presenta dimorfismo sexual, aunque parece que las hembras son un poco más pequeñas que los machos.
Su mayor característica es que sus plumas representan los colores del arcoíris, con presenta del verde, azul, naranja y rojo. Sus patas son pequeñas de un color gris claro, mientras que su cabeza tiene un tono azulado en la parte de la cara y cerca del cuello. El tono amarillo del cuello baja hasta el pecho, con unas rayas de un tono anaranjado. En la zona del abdomen y las alas regresa el tono azulado, con unas pequeñas manchas de color rojo y amarillo.
La parte de las alas inferiores son de color verde, llegando casi a la parte final de su cuerpo, en la que se pueden detectar unas rayas amarillas y de otros colores más claros. Su pico puede ser de color rojo, pero hay algunas mutaciones que pudiendo tenerlo de otro color.
Es un ave que puede ser muy desconfiado al principio, ya que no le gustará para nada estar encerrado y en un lugar que desconoce. Pero una vez pasados unos días, acaba cogiendo mucha confianza y siendo un ave bastante cariñosa y tranquila con su dueño, que no tiende a atacar ni morder. Además, dentro de todas las especies de los loros, es uno de los que cuesta menos de domesticar y de enseñar palabras.
¿Cuáles son los cuidados que necesita?
Si hay algo por lo que se caracteriza el loro arcoíris, es por lo fácil que resulta cuidarlo. Es bastante resistente, pudiendo aguantar bajas y altas temperaturas de hasta 35º C, por lo que estás ante uno de los loros con más resistencia del mundo.
Precisa de una jaula de 2 metros de largo para poder ejercitarse, con ramas naturales y varias perchas sobre las que poder posarse. Es mejor recurrir a las ramas, porque así se puede afilar sus uñas mientras está trepando. Evitar a toda costa el uso de perchas de plástico, porque estas le dañan las patas.
Si preguntas en algunos lugares, te dirán que el loro se alimenta únicamente de semillas o pipas de girasol. Y eso es un craso error que acaba matando al ave poco a poco. Hay que darle una alimentación que esté compuesta de néctares como el polen y miel para que su dieta sea completa. Además, tiene que comer bastante fruta y verdura, la cuál resulta muy beneficiosa para él. En su agua no estaría de más añadir un poco de vitaminas para fortalecer sus huesos y así hacer brillar más su plumaje. Si quieres una dieta casera, puedes hacer una mezcla de polen, miel, calcio, levadura de cerveza y copos de avena.
Se le puede domesticar con facilidad ya que es un ave bastante inteligente. Pero esto no quiere decir que no haya que tener paciencia. Los entrenamientos no tienen que ser de más de 5 – 10 minutos de duración, y cuando haga algo bien hay que recompensarle con alguna golosina que le guste mucho. Puede aprender a imitar palabras y algunos sonidos.
La reproducción es recomendable para los cuidadores con mayor experiencia. Es fácil establecer una pareja de loros, pero el espacio que requieren para tener una pareja con crías es el triple que el de un solo ejemplar, y además precisan de una alimentación muy especial para poder dar de comer a sus crías.