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Aves Exóticas

Gallo doméstico

Tener una gallina como ave doméstica está muy bien, pero, ¿qué sucede con el gallo? Es cierto que tener un gallo o no depende del uso que le se la van a dar a los huevos que ponen las gallinas. No obstante, ¿por qué no tenerlo como un ave mascota?

¿De dónde provienen los gallos domésticos?

El gallo doméstico está dentro del mismo grupo que la gallina doméstica: gallus gallus domésticus, la subespecie doméstica de la especie gallus gallus que está más destinada a la cría con un poco de libertad.

Originario del sudeste asiático, el gallo cuenta con millones de ejemplares por todo el planeta y es una de las mascotas más apreciadas, pero, al mismo tiempo, de las más maltratadas y que más controles tiene del mundo.

Muy fácil de reconocer

Lo cierto es que el gallo doméstico es muy fácil de reconocer, y especialmente de diferenciar de su hembra la gallina por su evidente dimorfismo sexual. Para comenzar, mide alrededor de 50 cm, 10 cm más que la media de las gallinas, y puede llegar a pesar unos 4 kg.

En la cabeza cuenta con una gran cresta rojiza que se considera un símbolo de dominancia. Los ejemplares de gallos rojo salvajes tienen colores más brillantes que sus parientes domésticos. Su cola está compuesta por plumas oscuras  de gran tamaño, arqueadas y que brillan con un color azul, púrpura o verde bajo la luz. En los dos lados de la cabeza cuenta con manchas blancas, distinguiéndolo así fácilmente de especies cercanas. Sus patas son de color gris.

Cuando es estación de muda, entre junio y octubre, el macho adquiere una pluma que se compone de plumas largas y negras hacía la mitad del dorso, mientras que el resto del cuerpo está cubierto por plumas anaranjadas.

No es un ave de carácter violento y es un animal que incluso se podría tener un piso como ave doméstica. No obstante, en el caso de adquirir un antiguo gallo de pelea, aunque este no se muestre violento con los seres humanos, si que podría hacerlo hacía otras personas.

¿Requiere de un cuidado especial?

Muchos creen erróneamente que el gallo es un animal indispensable en un gallinero. Esto es totalmente falso. El fin de tener un gallo en el gallinero es que haga que los huevos que ponen las gallinas sean fértiles, y de este modo estas puedan tener crías para su venta o tener más gallinas. En el caso de no quererlo así, no es necesario tener un gallo en un gallinero.

No obstante, ¿por qué no tenerlo simplemente como un ave mascota? Si se cría desde pequeño, puede ser un animal bastante amigable y cariñoso con sus dueños, e incluso tener un comportamiento parecido al de los perros. Cuando coge confianza le gusta mucho posarse sobre el hombro de su dueño, comer de su mano y seguirlo allá donde vaya. Incluso le podría gustar dormir cerca de ti.

Al igual que su versión femenina, su alimentación se basa en plantas e insectos, no gustándole el sabor salado. Así que en su cuenco, o su comedero, tendrás que poner una mezcla de todos estos alimentos. Su bebedero tendrá que estar ubicado en un lugar que le sea de fácil acceso, y siempre con agua fresca y limpia.

En el caso de tenerlo en un piso no es necesario que dispongas de una jaula en la que encerrarlo a las horas de descanso, ya que si lo acostumbras a vivir en libertad por esta, no va a daros muchos problemas. En cambio, si vives en una casa con jardín o terreno y este suele salir fuera a dormir, es importante que cuente con una buena verja, para evitar que los depredadores puedan cazarlo.

Es un ave muy protegida debido a que en algunos países se utiliza como ave de pelea. Muchas organizaciones rescatan a estos gallos y luego los ponen en adopción para que puedan vivir el resto de sus vidas como aves comunes. Estos gallos no son violentos con los seres humanos, pero si con otras aves y con otros animales, por lo que hay analizarlo bien antes de decidir coger a uno para poder evitar problemas con los otros animales del hogar.