Si tuvieras la oportunidad de hacerte con algún ave, ¿no te gustaría que fuera la cotorrilla de mejillas verdes? Seguro que no sabes mucho de esta especie, pero tranquilo, que aquí aprenderás todo lo que necesitas sobre esta especie.
¿De dónde es?
Se la conoce con el nombre científico de pyrrhura molinae, pero comúnmente es conocida como cotorrilla de mejillas verdes. Es endémica de Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay.
Al ser una especie que vive especialmente en Sudamérica, está bastante acostumbrado a vivir en ambientes tropicales. Sin embargo, se ha detectado que ha tenido una gran capacidad para poder adaptarse a otro tipo de temperaturas.
¿Cómo es físicamente?
Ave de pequeño tamaño, ya que mide alrededor 26 cm. El macho y la hembra no presentan diferencias físicas apreciables a simple vista, por lo que la única forma de terminar el sexo es a través de una prueba de ADN o una endoscopia para comprobar los órganos reproductores. La prueba del tamaño del ejemplar no es fiable, ya que en algunos casos la hembra mide igual o más que un ejemplar macho.
Es bien conocido por la amplia cantidad de color que hay en su plumaje. Su mayor característica son sus mejillas verdes, motivo por el que recibido su nombre. La parte de la frente es de un color azul oscuro, que baja hasta la nuca donde va perdiendo color hasta volverse blanco y fusionarse con la garganta. Dado que tiene algunas plumas de color negro, parece que esta parte del cuerpo esté manchada. La coloración se va volviendo más amarillenta al llegar a su pecho, manteniendo las plumas manchadas de su cuerpo.
Según se va bajando hacía su vientre, esta coloración se va volviendo cada vez más verdosa, con algunas manchas de color rojo en sus plumajes. En la parte posterior del cuerpo el color de la pluma es de un color verde claro, salvo en sus alas, que tiene un tono más oscuro. En la parte interior de las alas, se puede notar que tiene plumas amarillas cuando las tiene abiertas. El color de su pico es de un color gris claro y su iris de color negro, con un anillo ocular bastante pronunciando rodeándolo.
Salvo que vaya a vivir con miembros de su misma especie, no es muy compatible con otras especies. Es bastante activa, alegre y tranquila, además de curiosa y extrovertida. Pero, quizás en el primer contacto con el que será su nuevo dueño puede ser bastante tímida, aunque no suele presentar problemas a la hora de interactuar y coger confianza. Una vez conseguida su confianza, se podría decir que no hay especie más juguetona y cariñosa que esta.
Se le reconocen un total de cuatro subespecies:
- Pyrrhura molinae australis: Un ejemplar que mide 26 cm y que el verde final del pecho es de un tono más oliva. Además, el color rojo de la zona del abdomen es extenso y bastante más intenso.
- Pyrrhura molinae phoenicura: Mide unos 24 cm y es algo más pequeña que la especie nominal, además de que el color verde de la parte inferior es algo más extenso, y el tono blanco de la garganta no tiene un aspecto tan “manchado”.
- Pyrrhura molinae hypoxantha: Mide 26 cm y es conocida como cotorra sórdida. Tiene colores más pálidos y la coloración roja de las plumas en la zona del vientre está más extendida, teniendo menor tonalidad azul en la zona de la cabeza.
- Pyrrhura molinae restricta: Lo normal es que se la conozca con el nombre de Conuro de Santa Cruz. Mide 24 cm y la tonalidad azulada del cuerpo está más presente que en la especie nominal.
¿Cómo tiene que ser su jaula?
Nunca hay que cometer el error de comprarle una jaula redonda. Tiene que ser cuadrada o rectangular, y ser más larga que alta, para que pueda moverse bien por ella. No tiene que ser de un material fácil de romper, como la madera. Sino más bien resistente, como el acero inoxidable, ya que es un tipo de ave que le gusta mucho roer los barrotes.
Son aves que tienen mucho apetito y no dan muchos problemas a la hora de comer, ya que la base de su alimentación consiste en frutas y verduras frescas, así como semillas con grasas, como las semillas de girasol o los cacahuetes. Lo mejor es acostumbrarla a alimentarse de frutas y verduras, y que los cacahuetes sean una especie de golosina o premio, pues al ser tan graso, puede hacerla engordar fácilmente.
Al igual que otros miembros de la familia de las cotorras, tiene una esperanza de vida de unos 20 años, aunque puede llegar sin muchos problemas a los 30 años si se la cuida bien. Se la puede criar fuera de la jaula desde temprana edad, y no es muy recomendable que un criador novato se dedique a intentar reproducir la especie.