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Aves Exóticas

Hilia verde

Hilia verde

¿Sabes que aún a día de hoy hay especies que no se sabe muy bien en que grupos ponerlas? Es el caso de la hilia verde, que ha pasado por muchos grupos. Y aún, a día de hoy, todavía no se han puesto de acuerdo en dónde situarla.

¿Por dónde reside?

Es una especie de ave paseriforme, siendo el único miembro del género Hylia, que todavía no cuenta con una familia en concreto. Se la conoce con el nombre científico de Hylia prasina, residente del África tropical.

Reside en la mayor parte de este territorio, siendo muy común en los bosques, especialmente en los límites de estos entre los que se encuentren algunos claros. También puede residir en la zona interior de los bosques, siempre y cuando haya una fuente de agua.

hilia-verde

Entre los hábitats en los que se suele encontrar, se incluyen especies vegetales como el elaeis guinensis, el cetis zenkeri o el cola gigantea. Suelen buscar zonas con especies de lianas y de la familia scieria, porque les proporcionan una base sostenible sobre la que construir los nidos y encontrar comida.

¿Por qué no se encuentra en ningún grupo en concreto?

Hace más de 150 años que se descubrió esta especie, pero a pesar de todas las pruebas de ADN que se han llevado a cabo, los expertos todavía no han logrado establecerlo dentro de una familia en concreto, ya que comparte parte de características con varias aves.

Algunos oexpertos consideran que pertenece a la familia Cettiidae y otros que forma parte de la familia Scotocerdiae, habiendo pasado por los generos Scotocerca, Erythocercus, Tesia, Cettia y Abroscopus. Sin embargo, con la que más se suele relacionar es con las cetias.

Hylia prasina

Si se analiza anatómicamente, la hilia verde tiene más similitudes con la familia de las suimangas y las currucas, así como los mosquiteros. Por ejemplo, con las suimangas comparte un largo hueso hioides con cuernos epibranquiales aplanadas, la punta de la lengua con forma de cepillo y membranas que cubren las narinas.

Pero también comparte algunas similitudes con las currucas, como la coloración. Según las pruebas de ADN, esta especie tiene un cercano parentesco con el género Pholidonis, motivo por el que este último se ha intentado poner dentro de la familia Hyllidae, pero todavía sin pruebas.

¿Qué aspecto tiene?

Es una especie pequeña, de unos 12-14 cm, con un peso que ronda los 14 gramos, aproximadamente. No presenta dimorfismo sexual en su plumaje.

El plumaje de las partes superiores es de un color verde oliva, que cuenta con una larga lista superciliarblanca. El iris es de un tono castaño oscuro, con un pico negro, larga y robusto, mientras que sus patas son de un tono verdoso.

El motivo por el que se la pueda relacionar con las cetias es por contar con la lista de color negro que le atraviesa la zona del ojo, junto con la “ceja” de color blanco que tiene justo en la parte superior. Se le han reconocido dos subespecies:

hilia verdosa
  • Hylia prasina prasina: Esta especie nominal se diferencia por tener el color de la barbilla y la garganta de un tono verde oliva, con el vientre en un tono grisáceo verdoso.  Se encuentra en Gambia, el suroeste de Senegal, Liberia, el este, centro y sur de Ghana, el sur de Tono, el sur de Nigeria, Camerún, el sureste de Sudán, el suroeste de Uganda, el oeste de Kenia, el sureoeste de Tanzania, el sur y noreste de Angola y en la República Democrática del Congo.
  • Hylia prasina poensis: Esta se diferencia por tener la garganta y el vientre de un tono gris blanquecino. Solo se la puede encontrar en Bioko.

¿Qué sabemos sobre su vida en estado salvaje?

Según la estructura del hábitat, varia el canto. El canto más común de esta especie es un silbido claro que suena como un “kee kee”, así como una llamada sorda que suena como “trrt trrrrt”. Su canto es de dos notas, con una llamada de alarma para cuando se van a acercar unos depredadores, siendo un sonido corto que dificulta un poco que el depredador la pueda detectar.

Cuando comienzan con la época de reproducción, los cantos son más fuertes y con notas más largas. Según los estudios realizados, se ha descubierto que su canto tiene acumulación de reverbaciones con una frecuencia con colas de notas más largas y altas. Esto vendría a significar que la vegetación densa altera la transmisión del canto, permitiendo así una señal más larga y alta, usando la misma energía al emitirlas.

Hylia-prasina

Es una especie insectívora, la cuál caza picoteando entre el follaje de las copas de los árboles y el sotobosque. Generalmente su zona de alimentación se encuentra a unos 10 metros de altura. La dieta de esta especie está compuesta por hormigas y maripoesas que se encuentren sobre hojas, en el envés de estas o bajo la hojarasca del suelo, buscando el alimento moviendo la tierra con sus patas.

Se la ha podido observar tanto en solitario como en parejas. Cuando se forman las parejas, y tras el apareamiento, las parejas duermen juntas en el nido. El nido es construido a pocos metros del suelo, en lugar como las llanas u horquetas verticales de las palmeras. El nido tiene forma de bola, de unos 150 mm de alto y 90 mm de ancho, con una entrada de unos 20 mm en el lado superior. Por este motivo, es por lo que se considera que podría ser miembro de la familia cetia.

Los nidos son bastante frágiles, pudiendo desmenuzarse con mucha facilidad, puesto que lo construyen con fibras sin entrelazar ni compactar. El exterior del nido se compone de una capa de tiras fibrosas, que pueden tener esqueleto de hoja. La hembra suele poner entre tres y cinco huevos, y parece que es la mayor responsable de la incubación de estos.

A esta especie se la clasifica como una especie de preocupación menor en la Lista Roja de la UICN, debido al gran tamaño de la población. No obstante, se ha podido determinar que hay descenso en la población debido a la destrucción de su hábitat. Es cierto que no resulta ser una especie tan sensible por las perturbaciones en su hábitat, pero algunas talas han acabado con nidos y crías.

Los bosques en los que habita esta especie son utilizados para la producción de carbón vegetal y acondicionamiento de los terrenos como campos de cultivo. Además, para expulsar a estas especies, especialmente las que se encuentran en sotobosques, se utilizan técnicas de quema, con el fin de convertir el suelo en zona de cultivo de banana, maíz o legumbres.