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Aves Exóticas

Canario giboso español

¿Te gustaría tener en tu casa un canario que sea de aspecto peculiar y especial? Son muchas las propuestas por las que podrías optar en este caso, pero sin lugar a dudas una de las que más te va a gustar será el canario gilboso español.

¿Cómo surgió esta especie?

Lo cierto es que este ejemplar surgió como un resultado no deseado por los sucesivos cruces que sufrieron los ejemplares de la raza de canario fino sevillano (especie ya extinta).

Fue a mediados del siglo XX cuando comenzó a trabajarse en la reproducción del fino sevillano, que tenía las plumas rizadas y marcadas, pero al combinarse con el canario rizado del sur, originario de las Islas Canarias, dio como resultado esta ave. Fue en 1984, cuando esta ave ganó un concurso en Alemania, que consiguió la distinción y nombreclatura de canario gilboso español.

¿Cómo es físicamente?

Lo cierto es que sería fácil confundirlo con el canario gilboso italiano, pero su tamaño es un poco mayor, alrededor de 17 centímetros, teniendo un cuello más largo y proyectado hacía abajo. Además de que las patas son mucho más largas. En el pecho, los rizos del jabot se dirigen hacía la parte central, dejando desnuda la zona del esternón.

Su cabeza, cuello y abdomen tienen un plumaje liso, mientras que en la espalda una raya central separa los rizos que caen simétricamente hacía ambos lados. También son siméstricos los rizos que tienen en los flacos y que forman un par de aletas curvas hacía atrás. Hay de diferentes tipos de colores, siendo el más característico el amarillo con el plumaje manchado con un tono más oscuro. En los concursos el único que no se admite es el que tiene factor rojo.

Al estar posado sobre la percha, forma un ángulo entre 45 – 60 º con respecto a su tronco, lo que se convierte en su característica más destacable. No es un ave muy problemática, pero su aspecto hace que muchos se echen para atrás el querer tenerlo en casa porque no resulta tan hermoso como otros canarios. No obstante, no existe canario más amable y ligado a su dueño que el gilboso español.

¿Cómo hay que cuidarlo?

Al igual que le sucede a su lejano primo italiano, lo cierto es que no es un ave a la que le guste mucho el movimiento dentro de la jaula. Por ello basta con una jaula con el tamaño justo para que pueda estirar sus alas de vez en cuando y que sea lo bastante grande para que no se estrese.

Esta debe estar ubicada en una zona donde no haya corrientes de aire y en la que no le dé la luz del sol directamente, pues los cambios bruscos de temperatura suelen ser una de las principales razones de muerte de estas aves.

Su alimentación es algo diferente a la de sus parientes, ya que esta está compuesta por una mezcla de alpiste, negrillo, nabina, avena, perilla, lianza, cañamón y semillas de lechuga. Muchos criadores recomiendan que se le dé en el agua algún complejo vitamínico para que reciba las que pueda necesitar, además de alguna pieza de fruta y de verdura, bien lavada y troceada, con el fin de evitar que el animal pueda enfermar por falta de nutrientes o de agua durante los meses de verano.

¿Es fácil de reproducir? Lo cierto es que no. Los criadores novatos no deberían probar con esta ave hasta tener algo más de experiencia, ya que cuesta mucho conseguir que tengan una cría o que esta tenga el aspecto que se desea. Lo mejor es tenerlo como ave de exposición o como animal de compañía.