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Aves Exóticas

Papagayo de timor

¿Pensando en cuál podría ser tu primera ave mascota? Es bastante difícil elegir, pero si lo que estás buscando es un papagayo, y que este no resulte muy complicado de cuidar, deberías probar con el papagayo de Timor.

Un ave bastante exótica

Como su propio nombre indica, el papagayo de Timor, o aprosmictus jonquillaceus, es endémico de la isla de Timor y de algunas islas menores aledañas.

Suele vivir en bosques y sábanas de la isla de Timor, Wetar y Roti, distribuido por el territorio de Indonesia y Timor Oriental. Es bastante común dentro de la fauna local, pero ha perdido bastante hábitat, por lo que se encuentra en riesgo, aunque no está catalogado como “peligro de exitinción”.

¿Un ave muy bella?

Sin lugar a dudas se trata de un ejemplar bastante bello, gracias a sus 30 cm de largo y sus 450 gramos de peso. El dimorfismo sexual que presentan es bastante leve, por lo que solo los expertos pueden diferenciar los sexos.

El color que predomina en sus plumas es el color verde claro, siendo este más oscuro en las plumas de vuelo y la cola. En los hombros cuenta con dos manchas rojas que son visibles cuando tiene las alas plegadas, junto con una mancha azulada en la parte superior del obispillo. El pico es curvado, de color naranja con la punta de color amarilla. Sus alas cuentan con la mezcla de color rojo, amarillo y azul, por lo que son espectacular a la vista.

La hembra, por su parte, es bastante similar al macho, solo que los colores de sus plumas son algo más apagadas. Algunos dicen que de aspecto físico es bastante parecida a la hembra del papagayo alirrojo, aunque tiene mucho menos presencia rojiza en las plumas de las alas.

Se le reconoce una subespecie que recibe el nombre de aprosmictus jonquillaceus wetterensis, o papagayo de Wetar. Este mide 34 cm, por lo que es algo más pequeño la especie nominal, y tiene un tinte amarillento en las alas y menos color rojo en esta parte del cuerpo.

¿Se la puede tener como mascota?

Es cierto que debido a la pérdida de su hábitat esta especie se encuentra amenazada, además de que algunas veces es capturada con el fin de comerciarla en el mercado negro. Sin embargo, debido a la gran cantidad de criadores que hay de esta ave, no es tan difícil conseguir un ejemplar para tenerlo como mascota.

Suele vivir de media unos 20 años en cautividad, y se caracteriza por ser un ave tranquila, alegre y bastante tímida al comienzo de la relación con su dueño. No es una especie violenta, por lo que no hay muchos problemas en lo que a criarla con otras aves se refiere, siempre y cuando sea desde una temprana edad y que estas no sean demasiado violentos o de menor tamaño.

Puede llegar a ser bastante cariñosa y le gusta mucho moverse por espacios amplios, por lo que precisa de un aviario por lo menos de 3×0,5×1 metro, que se rectangular o cuadrado, para que no tenga problema alguno a la hora de estirar las alas.

Hay que alimentarlo siempre con alimentos de calidad, especialmente las verduras y la fruta, que tienen que ser siempre frescas. Lechuga, manzana, pera, zanahoria… son algunos de los alimentos que le gustan comer. En lo referente a las semillas, hay que evitar las semillas grasas, para que no sufra de sobrepeso.

La tasa de éxito de reproducción de esta especie es bastante baja, incluso para los criadores expertos, siendo más de un 50% de los huevos de cada puesta infértiles. Por lo que lo mejor es pensar en esta ave como una mascota más que como un ave de cría.