¿Recuerdas que hay un ave que se llama diamante de Gould? Pues dentro de la familia de los tucanes, hay un miembro parecido, que es conocido como tucancito de Gould. ¿Qué te parece si te hablamos de él?
¿Están relacionados de alguna forma?
Al igual que sucede con el diamante de Gould, esta ave debe su nombre al ornitólogo John Gould. Se la conoce con el nombre científico de selenidera gouldii, y es una especie de ave ramphastidae del género selenidera.
Se encuentra en la parte suroriental del amazonas, con una población disyunta en la sierra de Baturité, en Brasil.
Sencillo de reconocer
Dentro de la familia de los tucanes, este es uno de los ejemplares más fáciles de reconocer por su fantástico colorido. Su tamaño ronda entre los 33-37 cm, siendo la hembra un poco más pequeña que el macho y teniendo el pico más corto.
Su pico es una mezcla de colores, con la parte inferior de color blanco, la parte superior negra y la punta de un tono anaranjado. En la cara tiene una máscara de color verde en ambos lados, con la nuca y el cuello de color verde, unida a una pequeña franja de color amarillo que regresa en la zona de los hombros. Su pecho también es de color negro hasta sus partes inferiores, que son de un tono anaranjado.
Los costados de esta ave son de un verde oliva que se torna un poco más oscuro en la zona de las alas. Las puntas de las plumas de la cola son de color negro. Antiguamente, y debido a lo parecidos que son, se creía que se trataba de un conespecífico del tucancito de pico maculado.
¿Qué te parecería cómo mascota?
Puede que a primera vista pueda parecer una locura tener un ave como estas de mascota, pero no es imposible. De hecho, en Brasil mucha gente tiene a esta ave como un pájaro de compañía, siendo de las más populares en la región. ¿El motivo? El precioso colorido de sus plumas que trae mucha vida al hogar. No obstante, su mayor pega es que puede ser muy escandaloso, lo que no es del todo agradable a la hora de intentar dormir.
En estado salvaje es un ave que siempre está atenta a todo lo que le rodea, mirando siempre a su alrededor para detectar posibles amenazas. Aunque le gusta vivir en solitario, no tiene problemas en compartir el territorio con otras aves, incluso dentro de su misma especie. Su reproducción suele darse un poco antes de mediados de junio. Aunque la hembra será la que busque una cavidad en la que depositar los huevos, que no suelen ser más de cuatro en cada puesta, el macho la ayudará a incubar los huevos y posteriormente a cuidar de los polluelos.
A la hora de alimentarse, prefiere hacerlo de frutos, los cuáles puede devorar fácilmente gracias a su gran pico. Pero también puede consumir pequeños insectos, algunos reptiles e incluso algunos mamíferos de pequeño tamaño.