Australia goza con la gran suerte de contar con una fauna muy amplia. Entre los muchos de los ejemplares que se encuentran dentro de su amplio catálogo de ave, se encuentra el periquito australiano, para algunos conocido como periquito común.
¿Dónde viven los periquitos australianos?
Esta ave endémica de Australia, y conocida con el nombre científico de Melopsittacus undulatus, aunque reciba el nombre de “periquito común”, lo cierto es que también se la conoce como cotorra australiana y esta catalogada como un miembro de la familia de los loros, siendo el único ejemplar representante de su especie.
Ha sido introducido con gran éxito en otras regiones del mundo, siendo muy común como un ave de mascota, por su pequeño tamaño y por su canto. En algunos lugares incluso ha logrado superar en fama a los perros y gatos.
¿Cómo es su aspecto físico?
Se trata de un ave de pequeño tamaño que mide unos 18 cm de la cabeza a la punta de la cola, pesando alrededor de unos 35 gramos. La variedad silvestre se caracteriza porque las partes inferiores son de un color verde claro liso, con la cabeza amarilla y un listado negro en la parte posterior. Su garganta y frente son de un color amarillo liso, con algunas manchas moradas en la mejilla y tres motas negras, enmarcando cada lateral de base de la garganta.
La cola es de un color cobalto con manchas amarillas en el centro de cada una de sus plumas laterales. Además, las alas de vuelo son de un tono negro verdoso, mientras que las coberteras son negras con bordes amarillos y tienen unas manchas amarillas en el centro, las cuáles solo se ven cuando ha desplegado las alas. Su pico es curvo, hacía abajo, de un tono grisáceo tirando más a verde, mientras que sus patas tienen un tono gris azulado.
No se le reconocen subespecies, por lo que la amplia variedad de ejemplares que se pueden encontrar en las tiendas han sido el resultado de las mutaciones que ha sufrido la especie a manos del hombre al intentar reproducir la especie.
Se puede determinar el sexo del ave por un ligero dimorfismo sexual que presenta la especie, especialmente en la cera (la parte superior del pico alrededor de las narinas). En el caso de los machos, cuando son adultos, estas son de un tono completamente azulado, mientras que las hembras lo tienen de otro color, que varía en base a su estado de celo. Cuando son jóvenes, ambos sexos la tienen de un tono rosado, tirando a violeta.
Por otra parte, se puede saber la edad del ave en base a las líneas que tiene en la frente. Los jóvenes la tienen cubierta de líneas, mientras que los adultos la tienen lisa. Además, los ejemplares más jóvenes tienen los tonos de las plumas menos intensos, que van ganando color según van mudando la pluma.
¿Qué se tiene que saber para tenerlo como mascota?
De hecho no es un ave que dé muchos problemas y es ideal como primera mascota para alguien que nunca haya cuidado un ave. El promedio de vida de esta ave es entre 4 y 6 años en cautiverio, pero se han visto algunos ejemplares que han llegado a vivir los 14 años, pero es algo que depende por completo del ave.
La alimentación del periquito australiano se compone especialmente de semillas, entre las que destacan el mijo y el alpiste, complementado con otras semillas como el cañamón o el maíz. Además, es bueno darle algunas verduras como la lechuga, espinacas y zanahorias, que ayudan a fortalecer el ave. También es bueno darle algunas frutas como la manzana, pero siempre con precaución.
Puede tomar otros tipos de alimentos, como el pan o la galleta. Sin embargo, hay que evitar a toda costa el aguacate, el chocolate y el perejil, puesto que resultan tóxicos para esta ave. En el agua sería bueno darle algún complejo vitamínico para fortalecer su sistema inmunológico.
Colocar bien su jaula es la parte más importante para lograr que esta ave viva mucho tiempo. El mayor error que suelen cometer los cuidadores novatos es ubicarlo en el balcón o en la cocina, en la galería. Craso error. Si se le coloca en el balcón estará estresado por el sonido del tráfico, y si está en la galería de la cocina, queda expuesto a los humos que se generan al cocinar. Lo mejor es que su jaula esté en el salón o en una zona de la casa en la que haya mucha actividad familiar.
Se le puede adiestrar para que se ponga en tu dedo o en tu mano, pero mucho ojo con intentar sacarlo de la jaula, ya que te va a costar mucho que vuelva a esta. Si se escapa no intentes agarrarlo ni le chilles. Simplemente abre la jaula, coloca su golosina favorita en esta y acabará volviendo por su cuenta.