¿A quién no le gustan las aves que sean de gran tamaño? Es normal, porque son mucho más llamativas y si te apetece ponerte a cuidar alguna ave exótica, sin lugar a dudas esta sería una buena apuesta.
¿Por dónde vive?
El talégalo maleo, que se conoce con el nombre científico de macrocephalon maleo, es una especie de ave de la familia megapodidae y el único del género macrocephalon. Es propia de Indonesia.
Actualmente se encuentra en peligro de extinción, ya que las zonas por las que vive cada vez están más degradadas y deforestadas por culpa de la mano del hombre.
¿Qué aspecto tiene?
Es un ave de gran tamaño que puede llegar a medir entre los 55-60 cm de longitud, no presentando dimorfismo sexual, aunque se cree que la hembra puede ser un poco más pequeña.
Casi todo su cuerpo está cubierto por plumas negras, salvo las partes inferiores que cuentan con unas plumas de color blanco o crema. Su cabeza está libre de plumas, con una zona amarilla que rodea el anillo ocular.
Su cabeza es alargada, por lo que parece que en la nuca tenga una especie de bulto en su piel azulada oscura. El pico es de un tono anaranjado en su unión con la cara, mientras que el resto de este tiene una peculiar tono coral.
¿Unos malos progenitores?
Aunque pertenezca al género de los talégalos, en este caso se cambian un poco los papeles cuando se trata del cuidado de los huevos y la preparación de los nidos. En esta ocasión es la hembra quien se ocupa de cavar el nido en el que va a poner el único huevo de cada puesta, en unas cálidas arenas volcánicas. Una vez que ha sido fecundada, acude al nido, lo pone y lo entierra.
Pasado un mes nace el polluelo que tiene que luchar para poder salir de la arena. Cuando sale está solo y tiene que aprender inmediatamente que es lo que puede necesitar para sobrevivir. Este mismo motivo provoca que sea una especie que se encuentre en peligro de extinción, ya que los polluelos no cuentan con ningún progenitor que les enseñe que pueden comer. Además, al ser recién nacidos, están a merced de otros depredadores.
Parece que como el resto de miembros de su familia no es muy buen volador, por lo que tiene que comer alimento que encuentra en el suelo. Esta se puede componer de pequeños insectos, invertebrados, algunos crustáceos, frutos y semillas.
Se están realizando muchas campañas para ayudar a mantener esta especie, cada vez más reducida. Según algunos expertos es posible que se acabe extinguiendo a lo largo de este siglo, pues cada vez hay menos infantes que logran sobrevivir. Además los ejemplares que llegan a la etapa son cazados por los cazadores furtivos o presa de algunos depredadores, razón por la que se ha delimitado y protegido su zona para evitar que los individuos puedan verse dañados por el hombre o algún depredador.