Es increíble lo mucho que está expandido el género de las galliformes. ¿Estás seguro de que las conoces todas? Porque seguro que nunca antes habías oído hablar del talégalo de Cuvier, ¿verdad?
Una especie de Idonesia
Esta ave, que recibe el nombre de talegalla cuvieri forma parte de la familia de los megapodiidae y es endémica de Indonesia. Su nombre científico conmemora al zoólogo francés Frédéric Cuvier.
Esta especie se la puede encontrar en la zona oeste de Nueva Guinea e islas cercanas. Suele habitar en las selvas de tierras bajas de la península de Doberai, las montañas Sudirman occidentales, la isla Misool y algunos islotes de la provincia de Papúa Occidental.
¿Qué aspecto tiene?
Es un ave de gran tamaño dentro de su familia, que puede llegar a medir unos 57 cm de largo. Lo normal es que la hembra sea un poco más pequeña y menos pesada que el macho. El color de sus plumas es casi totalmente negro, pero cuenta con una parte facial desnuda con una carúncula de tono amarillento.
La parte superior de la cabeza está cubierta por una serie de plumas de color negro. A la vista, ambos sexos tienen un aspecto similar, no presentando dimorfismo sexual como le pasa a otros miembros de su especie. Se le han reconocido dos subespecies:
- Talegalla cuvieri cuvieri: La subespecie nominal que se encuentra al oeste de Papúa y el noroeste de Nueva Guinea.
- Talegalla cuvieri granti: Reside en la zona oeste de Nueva Guinea.
¿Cómo viven en libertad?
Lo cierto es que su vida en libertad puede estar llena de conflictos diarios. Aunque pueda ser una especie que vive en pequeñas comunidades con otros miembros de su misma especie, su carácter territorial hace que haya muchos enfrentamientos, especialmente entre los machos.
Al contrario de lo que sucede con otras especies de aves, el macho es el que se ocupa de hacer el nido sobre el que la hembra depositara los huevos. Este montículo, que puede ser de hasta un metro de alto y cinco metros de diámetro, es escavado en la tierra y construido de la mejor manera que considere el macho. Además, es recubierto por una serie de materiales que se puedan descomponer y aseguran su mantenimiento durante casi un año.
Cuando llega el momento de la reproducción, un mismo macho puede aparearse con una misma hembra, así como una hembra puede ser fecundada por varios machos. Tras el apareamiento, el macho guiará a la hembra hasta su nido, en el que pondrá los huevos. Luego la expulsará y repetirá el proceso con otra hembra, pudiendo tener hasta un total de una treintena de huevos en el nido.
Lleno el nido, lo cerrará con un material residentes, como el humus, y pasará un mes hasta que nazcan los polluelos. En ningún momento el macho o la hembra se acercará al nido para incubar los huevos, sino que dejarán que sea la luz del sol la que lo haga. Pasado el mes, nacerán los polluelos que estarán a cargo de ambos progenitores.