
¿Estás interesado en aprender un poco más de los cetíidos? O cómo se los conoce con su nombre científico, los Cetiidae, una familia de aves paseriforme que, aunque algunos miembros de la familia fueron descubiertos hace más de 100 años, es uno de los géneros más nuevos, que antes eran clasificados en la familia Sylviidae.
¿Qué son los cetíidos?
Los cetias son una especie de ave de pequeño tamaño, y rechonchos, que por norma general miden unos 10 cm, aunque hay algunos miembros de la especie que han llegado a alcanzar los 14 cm. También se caracterizan por ser rechonchos y tener unas colas muy pequeñas, similares a los locustélidos.
¿Cómo son físicamente?
El tono de su plumaje suele ser pardo, aunque hay algunos miembros de su familia que tienen el plumaje en un tono verdoso. La mayoría de ellos se caracteriza porque tienen como una pequeña ceja, de un tono más claro al resto del plumaje, por encima del obispillo del ojo.
Las patas suelen ser de tonos oscuros, aunque algunos miembros de la familia las tienen en tonos claros. En lo que sí que coinciden todos los miembros de la familia es que el pico es corto, con la parte inferior en negro, salvo en la zona que la une al rostro, mientras que la parte inferior es de un tono un poco más claro.

Tienen las patas largas, ya que muchos de ellos se dedican a buscar alimento en el suelo, raspando con estas la tierra para conseguir su alimento. Aunque lo normal es que se encuentre sobre las ramas de los árboles, observando el territorio.
¿Cuánto viven?
Depende de la especie. Por norma general pueden vivir unos 7-8 años en estado salvaje, pero ha habido registros de algunos miembros de la familia que han logrado llegar a los 10 años de vida, aunque son muy pocos.
¿Por dónde se extiende?
Casi podríamos decir que se trata de una especie casi exclusiva de Asia y de África, aunque existen algunas especies de la familia que se encuentra en el sur de Europa y Oceanía.
Son especies que les gusta vivir en zonas con mucha vegetación, pudiendo adaptarse tanto a los bosques tropicales como subtropicales. También hay algunos miembros de la familia que son montanos, pudiendo vivir en bosques que se encuentre en montañas por encima de los 3000 msnm.
¿Es una especie sedentaria?
La mayoría de los miembros de la familia lo son, sin embargo, hay un par de ellas que son migratorios, como la buscarla colicorta asiática que migra al sur con la llegada del invierno, el cetia ruiseñor y el cetia japonés que buscan temperaturas más cálidas. Luego está el caso del cetia paticlaro, que asciende o desciende de altitud en base a las temperaturas y la estación en la que se encuentre.
¿De qué se alimenta esta especie?
Casi todas las especies de la familia coinciden en que su alimento se compone de pequeños insectos, generalmente hormigas, larvas, gusanos… Pero algunos miembros de la familia pueden consumir insectos de mayor tamaño, como escarabajos, especialmente los que viven en la zona norte de África.
Luego hay un par de especies que también se pueden alimentar de los huevos de los nidos de otras especies de ave de menor tamaño, y esto ha hecho que algunos expertos consideren que habría que tratarlos como otra especie. Sin embargo, son pocas las especies que hacen este acto.
¿Cómo es su comportamiento?
Es una especie, por norma general, con un carácter un poco tímido y desconfiado. Generalmente se pasa el día sobre las ramas de los árboles, que no tengan mucha altura, para poder examinar el suelo desde las alturas en busca de su presa.
Aunque algunas especies viven en pequeñas bandadas, de unos 20-30 miembros, la mayoría suele ser bastante solitaria, o viviendo tan solo con la que sería su pareja. A la hora de buscar alimento sí que puede que se una a otros miembros de la familia para ir a las zonas de caza.
Por norma general no es nada territorial, salvo cuando está en plena época de apareamiento, momento en el que el macho puede volverse muy violento, emitiendo un sonido grave para asustar a los posibles invasores, incluyendo los miembros de su propia bandada.
¿Cuándo se reproducen los cetias?
Depende de la zona en la que resida el ejemplar. Los que residen en la parte de África lo normal es que lo hagan a finales o principios de año, mientras que los que residen la zona de Asia suelen hacerlo a mediados, aprovechando la migración para reproducirse.
Aunque en algunas especies se ha podido comprobar que las parejas que se forman son monógamas, también se han dado casos de un único macho con varias hembras. Por norma general solo realizan una puesta al año, pero los juveniles, que ya se consideran adultos a los 9 meses de vida, pueden hacer dos puestas al año.
El nido es construido completamente por la hembra, el cuál construye utilizando ramas y hojas secas, musgo, lianas, pelo de animal y plumón. La forma del nido varía según la especie. En algunos ejemplares este tiene forma de copa, de unos 7-8 mm de diámetro, y bastante profundo para albergar los huevos. En otras, el nido tiene forma de pelota que cuelga de la rama de un árbol, con una pequeña entrada en la parte superior.
La cantidad de huevos también depende del ejemplar, siendo la media de esta familia unos 6 huevos en cada puesta. En la mayoría de los miembros de la familia es la hembra la que se ocupa de la incubación, aunque en algunos casos se ha podido comprobar que esta tarea es trasladada al macho cuando la hembra sale a conseguir alimento.
Lo normal es que incuben los huevos por un periodo de 12-17 días, dependiendo la especie. Al nacer los polluelos, estos no tienen plumas, y durante sus dos primeras semanas de vida dependen por completo de los padres. Al pasar ese tiempo ya aprenden a valerse por sí solos y a las tres semanas de vida abandonan el nido.
¿Es una especie que se pueda tener como mascota?
No, es del todo imposible que un cetia pueda ser un ave mascota. Es cierto que algunas especies se ha conseguido crear una pequeña versión doméstica en algunos países de Asia, pero son ejemplares que siempre han vivido en cautividad.
Pero, si la especie ha vivido en libertad, se ha podido comprobar que no viven mucho tiempo en cautividad, pues no soportan estar encerradas por su carácter inquieto. A los pocos días moriría. Las versiones domésticas llegan a vivir unos 5 años como mucho, menos que los que viven en libertad.
En algunos países algunos miembros de esta especie se han asentado en los jardines, por lo que tienen una gran interactuación con los seres humanos. Si se tiene uno en el jardín, se le puede construir una caseta o un pequeño nido casero. También se le puede poner pequeños bebederos para que tengan acceso a una fuente de agua continua.
Además, tener a estas aves en los jardines particulares son todo ventajas, porque se ocupan de capturar a los insectos, desde pequeñas moscas a arañas de un tamaño de unos 5-6 cm.