
¿Nunca has oído hablar de la especie ganga? Es cierto que es una especie de ave que tiene muy poca interacción con los humanos, pero está bastante extendida. Sobre todo si hablamos de la ganga ibérica.
¿Vive en alguna otra parte que no sea la Península Ibérica?
También se la conoce con el nombre de ganga común. Su nombre científico es pterocles alchata, una especie de ave pterocliforme propia de Eurasia y el norte de África. A la hora de críar lo hace en el continente africano, oriente medio y el sur de Asia central. En Europa solo se encuentran en la Península Ibérica y al sur de Francia, en la región de la Crau.
Este tipo de ave habita en estepas semiáridas, planicies pedregosas sin árboles, bordes del desierto y, en alguna ocasión, en marismas resecas. Durante los meses de invierno es posible verlos en campos de cultivo o barbechos.
Fuerte dimorfismo sexual
Lo cierto es que es una especie que presenta un fuerte dimorfismo sexual. Su aspecto recuerda al de una paloma rechoncha, midiendo entre 31-19 cm de largo. Su plumaje es críptico, entremezclando moteados con listados de color verde oliva, pardos, anaranjados, amarillos, grises y negros en la parte superior de su cuerpo. Las partes inferiores, en su mayoría, son de color blanco.
El plumaje del macho varía a lo largo del año, especialmente cuando llega la época de cría. Las mejillas de este son amarillas, con una lista negra que se extiende desde su ojo hasta la nuca. Además de una mancha negra en la garganta, bajo el pico. También cuenta con una banda de color castaño anaranjado, formando una media luna que recubre su pecho. El obispillo y la cola tienen un color en listado negro y ocre. Las plumas centrales de las plumas de la cola son alargadas, de color gris oscuro, sobresaliendo el resto.
La hembra por su parte, solo se parece al macho cuando es invierno, pero con los tonos más apagados. Las mejillas y el cuello son de color amarillo, careciendo del color verdoso del macho. La garganta es de color blanco, con una lista postocular en negro y una lista negra en la parte inferior del cuello. La espalda y las alas son de un tono grisáceo, con listas negras. El obispillo y la cola tienen un color similar al del macho, pero las listas negras son más finas.
Cuando están volando, las gangas son fáciles de reconocer por el blanco del vientre, las coberteras inferiores de las alas y las plumas centrales de su cola. Se le han reconocido dos subespecies:
- Pterocles alchata alchata: La especie nominal, que se encuentra en la Península Ibérica y el sur de Francia.
- Pterocles alchata caudacutus: Esta subespecie se extiende por el norte de África y la zona sur del continente asiático.
¿Sabemos algo de su comportamiento?
Mientras que otras especies de aves suelen interactuar con los seres humanos, las gangas es raro que se acerquen a zonas urbanas. Dado que viven en parajes desérticos, rara vez se las puede ver.
A la hora de alimentarse, esta especie suele hacerlo en grupos, en zonas alrededor de abrevaderos. Durante el día los miembros del grupo se dispersan en busca de semillas, brotes y hojas verdes. Generalmente prefieren las semillas de las leguminosas, pero también pueden consumir semillas de hierba pejiguera, gamones, jarillas y alforfones. Cuando están cerca de un campo de cultivo, suelen consumir cereales y las semillas de las cosechas leguminosas. Aunque es raro, también pueden consumir pequeños invertebrados como escarabajos. Una peculiaridad de esta especie es que ingieren gravilla para ayudar a triturar los alimentos en su boca.
Sus nidos los suelen construir en depresiones del terreno. La hembra pondrá dos o tres huevos, en intervalos de dos días. Tanto el macho como la hembra se harán cargo de la incubación, un proceso que dura una media de 20 días. El macho se ocupa de la incubación antes de la puesta de sol (cerca de una hora antes), mientras que la hembra se hará cargo cuando haya abrevado por la mañana.
Al nacer los polluelos, estos son nidífugos, lo que significa que dejan el nido al poco de nacer. Ambos padres cuidan de los polluelos. El macho se hace cargo de traerlos agua, empapando las plumas de su pecho en el bebedero y volando hacía las crías. Los polluelos, al cumplir una semana de edad, ya son capaces de alimentarse por su cuenta. A las cuatro semanas ya saben volar, pero continúan dependiendo de sus padres hasta los dos meses. Cuando tienen cuatro meses, ya se considera un ejemplar adulto.