Si alguna vez has visitado los países de habla hispana, seguro que has podido tener la oportunidad de ver algunas amazonas, ¿verdad? Pero si nunca has visto una amazona collaria, no sabes que es lo que te estás perdiendo.
De las más famosas dentro de la especie
La amazona collaria es más conocida como amazona de pico amarillo, y forma parte de la familia de los loros. Es endémica de la isla de Jamaica y debido a la destrucción de su hábitat por la mano del hombre está en peligro.
Lo normal es que viva en las selvas y los manglares, pero en algunas ocasiones se la ha visto cerca de plantaciones debido a la migración para poder encontrar un nuevo lugar en el que vivir tras la destrucción de sus hogares. No es muy común como mascota ni tampoco un ave que se suela apreciar en la avicultura.
¿Y cómo es esta ave?
La amazona de pico amarillo es posiblemente uno de los ejemplares más pequeños de la familia amazona, puesto que mide 28 centímetros y pesa aproximadamente entre 345 – 400 gramos, según el ejemplar. Debido a que no presentan dimorfismo sexual, no es posible distinguir al macho de la hembra sin una prueba de ADN, lo que complica bastante su reproducción.
La mayor peculiaridad de esta amazona es que su pico tiene un tono amarillo, cuando por norma general las amazonas lo tienen parecido al color de los huesos. En la nunca tiene también un tono amarillento en sus plumas, el cuál después queda cubierto por el azul de sus mejillas. En la garganta el color de sus plumas suele tener un tono rojizo oscuro con algunas manchas amarillas al comienzo de estas en cada lado del cuello.
El plumaje del cuerpo por norma general es de un color verde bastante oscuro, con un tono azulado en las puntas de las plumas bastante visible. Las patas si que tienen un color grisáceo, como el resto de los miembros de la especie.
Es un loro bastante activo y aunque tiende a ser un animal bastante confiado, tanto con humanos como con otras especies de aves, no suele ser muy conocido como mascota. Es un ave que por norma general es vocal, así que se le pueden enseñar algunas palabras con un buen entrenamiento.
¿Qué tengo que saber para cuidarlo?
Dado que son muy pocos los cuidados que hay de esta ave, salvo en algún zoológico, pocos son los datos que hay sobre su cría en cautividad. Se sabe bien que las jaulas tienen que ser de un material resistentes, además de ser bastante grandes, de por lo menos 3x1x1 metros para que pueda moverse con libertad, ya que con el pico puede romper los barrotes fácilmente.
Además, debido a que es un animal acostumbrado a un clima tropical, en las épocas de frío tiene que tener una fuente extra de calor para que no coja una pulmonía o se resfríe. Pero que esté acostumbrado a los climas cálidos no significa que en verano tenga que estar todo el día bajo el sol, teniendo que ponerlo en un lugar dónde reciba luz natural pero que no reciba el sol directamente.
Como el resto de los miembros de su familia, es un ave que se alimenta especialmente de semillas secas y germinadas, pero también le gusta mucho comer frutas frescas como la papaya o la manzana y alguna verdura como la zanahoria. Debe tener una dieta variada, con el fin de evitar que coja sobrepeso y no caiga enfermo.
El motivo por el que haya pocos criadores que hayan decidido trabajar con esta especie se debe a lo difícil que resulta reproducirlos en cautividad. Su madurez sexual la alcanzan a los 3 años, pero es mejor que no se reproduzcan hasta tener por lo menos 4 años. Los dos ejemplares que se vayan a combinar tienen que ser compatibles y estos tienen que contar con un tronco de árbol hueco para poder poner los huevos, por lo menos con un orificio de entrada de unos 8 centímetros de diámetro.
Ponen de tres a cuatro huevos, los cuáles se ponen en intervalos de varios días entre puesta y puesta para que la hembra descanse. La incubación dura alrededor de 26 días y durante dos meses, los padres alimentan a las crías, hasta que finalmente tienen la edad para poder salir a volar fuera del nido.